La Eurocámara fustiga la concentración de medios en Italia
Silvio Berlusconi fue ayer el catalizador de un acre debate, insultos incluidos, en el Parlamento Europeo sobre la concentración de los medios de comunicación en la UE y la presunta necesidad de poner límites al fenómeno. El debate, en una sala prácticamente vacía, se saldó con el acuerdo de volver sobre el asunto en el plenario del día 19, con pocas posibilidades de que la noción salga adelante, vistos los precedentes.
La idea de poner coto a la concentración es vieja y siempre se ha saldado con fracaso. La novedad de ayer fue la irrupción en el debate del espectro de Berlusconi, encarnación de "la anomalía italiana", en palabras de un eurodiputado, que hace que "el mayor propietario de medios de comunicación sea también primer ministro".
Guy Verhofstadt, ex primer ministro belga y líder de los liberales en la Eurocámara, hizo notar que "tres países de la Unión, Italia, Rumania y Bulgaria, figuran en la lista de los países en los que la prensa es parcialmente libre".
El francés Joseph Daul, el jefe de los populares, lamentó "la maniobra política contra un adversario político" desencadenada por el centro y la izquierda de la Eurocámara, y dijo que el Parlamento "no debe ser una caja de resonancia de los problemas políticos nacionales".
"Este debate es una farsa absurda", clamó Mario Mauro, cabeza de los conservadores italianos, mientras otro italiano de la Liga Norte, Mario Borghezio, bramó: "¡Iros a Teherán, cobardes! Allí sí que está verdaderamente amenazada la libertad de expresión".
La comisaria Viviane Reding, que debería elaborar la reclamada directiva contra la concentración, se mantuvo ajena a la pelea y dijo no tener constancia de que en Italia la libertad de expresión corriera peligro.
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