"Tonight" coreado con cerveza

Bonito. Miles de voces entonando el "Tonight, tonight", estribillo de la canción Summercat de Billy the Vision & The Dancers en el escenario BAM de la antigua fábrica de la cerveza cuyo anuncio ha popularizado este tema del grupo sueco. Después de la apoteósica actuación de Manel, el numeroso público que ayer se congregó en este escenario de la calle del Rosselló se dejó llevar por el recuerdo de la alegría veraniega y abrió su garganta para cantar y, claro, beber la cerveza que la propia marca proporcionaba a un euro.

En lo tocante a la jornada nocturna del viernes, la notable presencia de público en todos los escenarios fue la nota dominante. Por supuesto, el Fórum se volvió a llevar la palma concentrando a una multitud que hubo de armarse de paciencia para abandonar la zona. Con los accesos al metro colapsados, sólo los autobuses regulares nocturnos y las lanzaderas que transportaban hasta Sagrera aliviaron tibiamente la situación. Y, cosas de la vida, los taxis pasaban verde la cabeza sin que ningún chaval tuviese dinero para apagarla.

En lo artístico deslumbró el recitador turco Ceza a comienzos de la noche en la Rambla del Raval, un fenómeno de dicción, cadencia y potencia. Su velocidad y la potencia de sus bases se aliaron para protagonizar el mejor concierto de hip-hop de la noche, aunque este estilo tenía como cabeza de cartel en el Fórum a 7 Notas 7 Colores, que ofrecieron una actuación bastante decepcionante. Antes ofrecieron excelentes conciertos en el centro artistas como Pájaro Sunrise, triunfador leonés en la plaza del Rei con un concierto preciosista y hermoso con suave perfume de campiña inglesa aderezado con acordeón y violín. Con Patrick Wolf ejerciendo en la Plaza Real de brujo del eclecticismo, fueron los mexicanos del Instituto Mexicano del Sonido los que pusieron la nota de baile y juerga en el Portal de la Pau, ya cerrándose la noche.

Los gallegos Luar Na Lubre pusieron en movimiento a una plaza de Sant Jaume abarrotada combinando inteligentemente fiesta y tradición. Mientras, en la cercana plaza de la catedral las sonoridades africanas se apoderaban de un ambiente también bullicioso. La banda de Tony Allen, uno de los padres del afro beat, se encargó de llenarlo todo de un ritmo tremendo. Lo mismo sucedía en la plaza de Cataluña. Soul, rhythm and blues y salsa se entremezclaban producían la euforia del personal. Cuando el neoyorquino Joe Bataan tomó las riendas, lo puso todo patas arriba con un puñado de boogaloos imparables.