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La familia pesa más que el colegio en el éxito del escolar

El riesgo de abandono aumenta un 86% en hogares con un solo progenitor

Para explicar el éxito y el fracaso escolar en España hay que mirar a varios puntos: el principal, el nivel educativo de los padres. El riesgo de fracaso escolar es 10 veces mayor en hijos de personas con educación básica que en los de universitarios, según el Informe de la Inclusión Social en España 2009 realizado por la Obra Social de Caixa Catalunya. El estudio, presentado ayer, relega a los centros escolares y al profesorado, en medio de la polémica por la digitalización de las aulas, a una segunda posición.

Tres factores contribuyen a esta herencia del nivel educativo: la escolarización temprana -los padres con educación superior son cinco veces más proclives a llevar a sus hijos al colegio con uno o dos años-, la transmisión de aspiraciones (46% más alta en hijos de universitarios que en los de quienes tienen estudios primarios) y la posesión de recursos culturales y educativos en casa.

"No podemos seguir echando la culpa a los colegios", dice el director del estudio

La estructura familiar y el origen se sitúan, según el estudio, como los otros dos vectores de la situación educativa: el riesgo de abandono escolar es un 86% mayor en hogares con un solo progenitor que en los de dos (en igualdad de condiciones socioeconómicas). El porcentaje de hijos de inmigrantes que no terminan la ESO es del 15%, el doble que la media. Por último, el género sigue siendo un factor de distinción: el número de chicos que no terminan la ESO es un 16% mayor que el de ellas.

El fracaso escolar, que en España (31%) dobla al de la UE de los 27, está también relacionado con la economía (a mayor PIB menor fracaso, excepto Baleares y Cataluña, lo que se debe al peso del turismo).

Comparando a España con Finlandia (que tiene los mejores resultados en el informe PISA sobre nivel educativo a los 15 años), el informe asegura que si España tuviera familias con el nivel educativo del país nórdico habría ascendido hasta el noveno puesto (desde el 24), mientras que si tuviesen sus centros educativos apenas se habrían alterado. "No podemos seguir echando la culpa a las escuelas sin políticas públicas de familia y sin que haya más acceso a la escolarización temprana, porque así no vamos a conseguir elevar el nivel educativo", dijo ayer Pau Mari-Klose, director del estudio.

La educación parece proteger, según el estudio, a los jóvenes frente a la crisis. El porcentaje que ni estudia ni trabaja ha aumentado bruscamente en los últimos dos años en todos los niveles menos el universitario.

Las principales conclusiones apuntan a la necesidad de una mayor implicación de los padres y de la comunidad en la educación, especialmente a través de apoyos a familias con menos recursos económicos y socioeducativos y a los centros donde éstas más se concentren, con estímulos en el horario escolar y extraescolar.

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