El PNV atribuye al "calentamiento" político la batalla campal de Lekeitio

La batalla campal que se produjo en Lekeitio (Vizcaya, 7.490 habitantes) durante la madrugada del domingo al lunes, en plena celebración de las fiestas patronales y que se saldó con ocho personas detenidas y cuantiosos daños materiales, suscitó ayer reacciones de condena de todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento vasco. Pero, si las condenas fueron unánimes, los matices difirieron bastante. El Ayuntamiento de Lekeitio, del PNV, atribuyó ayer los incidentes al "calentamiento global" que vive Euskadi desde principios del verano, y llamó a reflexionar sobre "por qué ha ocurrido ahora" algo que no pasaba en las fiestas de Lekeitio "desde tiempos de Franco".

Lekeitio amaneció ayer con desperfectos visibles en cuatro de sus cinco barrios. Los incidentes comenzaron a medianoche, cuando un grupo de radicales se concentró frente a la subcomisaría de la Ertzaintza (policía vasca) y comenzó a increpar a los agentes y a lanzarles botellas. En respuesta, los agentes realizaron cargas contra los individuos, a los que se unió más gente. Desde ahí, los disturbios se extendieron al resto de este municipio y se prolongaron durante más de cinco horas, según explicó la Consejería de Interior. Siete personas resultaron heridas, una de ellas un ertzaina que recibió un botellazo en la cabeza. Ocho personas esperaban anoche pasar a disposición judicial como responsables de estos incidentes.

Los radicales intentaron atacar la sede nacionalista en la localidad

Los vándalos incendiaron dos automóviles, numerosos contenedores, rompieron lunas de coches, comercios y bancos y causaron desperfectos en las terrazas de bares y restaurantes. Las calles se encontraban atestadas de gente, ya que la localidad celebraba su tradicional "día de gansos", el día grande de sus fiestas patronales en honor a San Antolín. Además, los violentos intentaron atacar, por segunda vez en menos de un mes, un batzoki (la sede social del PNV). "No tuvieron ningún escrúpulo en poner en peligro a personas y bienes del pueblo al que dicen defender, pero que en realidad utilizan para esconderse cobardemente", destacó el Ayuntamiento. Los bomberos tuvieron que actuar en nueve puntos de esta villa que vive de la pesca y del turismo para sofocar incendios.

Los altercados causados por la izquierda abertzale radical en fiestas patronales de los distintos municipios vascos han sido una amenaza constante durante el verano. Los últimos incidentes destacables se produjeron el jueves 20 de agosto en Bilbao, durante la Semana Grande, cuando los radicales quemaron un autobús y causaron daños en varias sucursales bancarias.

El Ayuntamiento de Lekeitio cree que el suyo y otros municipios "se han convertido en escenario de un pulso para medir las fuerzas" que convierte a los ciudadanos en "víctimas del horror".

Este consistorio, mantuvo ya una polémica con la Consejería de Interior cuando el consejero, el socialista Rodolfo Ares, requirió al ayuntamiento retirar en 24 horas una serie de carteles y pintadas que ensalzaban a ETA. La respuesta del Gobierno municipal fue entonces que la consejería "desconocía" la realidad de un municipio donde gobernaba la izquierda abertzale radical hasta la ilegalización de sus candidaturas y en el que varios electos de PNV y EA, únicos partidos representados en el municipio, no han tomado posesión de sus cargos como ediles por la presión del entorno de Batasuna.

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, aseguró en una entrevista radiofónica en Herri Irratia que su partido temía que algo así podía suceder, pidió que se esclarezcan los hechos lo antes posible y definió los altercados como "una violencia ejercida por descerebrados con pretensiones de imposición totalitaria".

El portavoz de los socialistas en el Parlamento vasco, José Antonio Pastor, se reafirmó en la línea de "deslegitimación de la violencia" que viene aplicando el Gobierno vasco del PSE y mostró su cercanía "cercanía" al PNV, "en cuya sede social se quisieron cebar los que no admiten la pluralidad política ni respetan al diferente".

El consejero de Interior añadió que la Ertzaintza seguirá trabajando "con firmeza, mesura y profesionalidad para mantener el orden público, hacer respetar la ley e impedir que quienes amparan y justifican la violencia terrorista se apoderen de los espacios públicos". El responsable del PP en Vizcaya, Antón Damborenea, expresó su apoyo a la Ertzaintza, "hasta conseguir que las calles de Euskadi sean espacios de disfrute de las fiestas en paz".