El Ejército paquistaní mata a decenas de talibanes en la frontera afgana
Islamabad lanza una ofensiva con apoyo aéreo alrededor del crucial paso de Jíber
El Ejército paquistaní informó ayer de la muerte de 71 talibanes en una amplia ofensiva lanzada contra los militantes islamistas en las zonas tribales fronterizas con Afganistán. Las tropas de Islamabad, respaldadas por la Fuerza Aérea, atacaron con especial intensidad los alrededores del paso fronterizo de Jíber, la principal vía de comunicación entre Pakistán y Afganistán, por la que transita buena parte de los aprovisionamientos destinados a las tropas de Occidente desplegadas en territorio afgano.
Sólo en las operaciones en el distrito de Jíber, el Ejército acabó con la vida de 43 integristas y destruyó un centro de entrenamiento de un grupo vinculado a los insurgentes. Otros 28 murieron en la demarcación tribal de Orakzai, limítrofe a Jíber, en donde los militares destruyeron 11 refugios de los talibanes. Las cifras divulgadas por el mando militar paquistaní no pudieron ser contrastadas.
"Un importante centro del grupo extremista islámico] Lashkar-e-Islam (LI) que estaba siendo utilizado como escondite y campo de entrenamiento fue destruido en la ofensiva militar", relató el Ejército en la nota difundida ayer.
Las fuerzas de la guardia de fronteras iniciaron hace cinco días una operación por tierra y aire contra el LI, una organización proscrita con gran influencia en Jíber. En esos días, las tropas han acabado con la vida de más de un centenar de integristas y arrestado a alrededor de 70. En la ofensiva de ayer, según el comunicado, varios insurgentes resultaron heridos.
El LI, que en ocasiones ha alcanzado pactos de no agresión con las autoridades, es un grupo independiente aunque vinculado a los talibanes, con un amplio historial de actividades delictivas en la región.
Su líder, Mangal Bagh, amenazó este viernes desde su emisora de radio ilegal con permitir la entrada de los talibanes afganos en el distrito si el Gobierno no pone fin a la operación militar. El LI y el Tehrik-e-Talibán Pakistán (TTP) —movimiento que aglutina a diferentes facciones talibanes paquistaníes—, "colaboran desde hace tiempo en la región", aseguró a la agencia Efe el brigadier a cargo de la operación, de nombre Fayyaz. La fuente destacó que la acción militar continuará hasta que se haya recobrado el control de la zona.
Según fuentes oficiales citadas ayer por el diario paquistaní The News, Lashka-e-Islam había establecido un Gobierno paralelo, recaudaba impuestos por diversos conceptos y ejercía tareas de justicia según su propio código en varias áreas de Jíber.
El complejo cinturón tribal paquistaní, un territorio que nunca ha estado bajo completo dominio del Estado, sirve de refugio a numerosos grupos de la insurgencia talibán, organizaciones criminales y miembros de la red terrorista Al Qaeda, y es escenario de continuos sucesos violentos.
La operación lanzada en Jíber y Orakzai pretende aumentar la presión sobre la insurgencia, después de la ofensiva con la que el Ejército paquistaní desalojó a los talibanes del valle de Swat y de la muerte, en un bombardeo estadounidense, del líder del TTP, Baitullah Mehsud, al que responsabiliza del asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto.
Tras un periodo de incertidumbre y algunos enfrentamientos entre facciones, los talibanes paquistaníes anunciaron a finales de agosto que habían elegido el sucesor de Baitullah. El heredero es Hakimullah Mehsud, de la misma tribu del fallecido líder, y destacado comandante militar que ascendió en la cúpula local gracias a numerosas y exitosas incursiones contra las fuerzas de Islamabad.
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