La batalla por el paso de Sabzak
El combate que el contingente español mantuvo el jueves pasado en el paso de Sabzak no ocurrió por casualidad. Los talibanes se marcaron esa carretera como objetivo durante el verano de 2008. El mulá Jamuladdin Mansoor, entonces al mando de los insurgentes en Badghis, envió a la zona a uno de sus lugartenientes. Su misión: reclutar milicianos entre las tribus de los dos lados del paso, tanto de Herat como de Badghis, y tejer alianzas con otros grupos de muyahidines que quisieran unirse a la "guerra santa" contra las tropas extranjeras. El hombre enviado por Mansoor no logró reclutar a más de 30 milicianos para su propósito.
El plan era ambicioso: aislar Badghis, la provincia bajo responsabilidad española, y convertirla en uno de sus principales feudos en todo el país. Para eso necesitaban controlar sus dos vías de acceso. La del norte, que recorre los distritos de Gormach y Bala Murghab, ya estaba bajo su dominio. Faltaba la del sur, el paso de Sabzak, un corredor de tierra y baches a 2.000 metros de altura, que es el cordón umbilical que une Badghis con Herat. La Agencia Española de Cooperación construyó parte de ese corredor, el que va desde la cima del paso hasta la ciudad de Qala-i-Now. El resto es un camino de cabras. Unos 140 kilómetros, que se tarda en recorrer más de cinco horas.
Sabzak era entonces pasto de los bandidos. Grupos más o menos armados que asaltaban a los transportistas para robar o exigir un dinero por pasar. No había ataques contra las tropas extranjeras. A los talibanes les llevó unos diez meses imponerse a esos bandidos, pero lo consiguieron a mediados del pasado mes de junio.
Entonces comenzaron a llegar los primeros informes que hablaban de puestos de control talibanes en la carretera. "La cortan cuando quieren y la levantan si ven que llega un convoy muy grande de fuerzas internacionales", comentó entonces una fuente del contingente español.
La situación se agravó en julio. Los convoyes estadounidenses empezaron a ser atacados regularmente y la OTAN temió que la vía quedara cortada definitivamente. Por eso pidió al contingente de tropas españolas que desplegara fuerzas en la zona. Lo hicieron el pasado domingo. Los insurgentes tardaron en reaccionar. Les llevó tres días. Según las informaciones que ha sido posible recoger, varios grupos de talibanes, apoyados por milicianos de otros grupos locales que se han sumado a la lucha pero que no responden directamente a la cadena de mando talibán, se desplazaron al lugar para coordinar un ataque. Lo lanzaron el miércoles. Y volvieron a hacerlo el jueves, en el que murieron 13 de sus hombres.
Poco más de una hora después de cada ataque, Qari Yousuf Ahmadi, el portavoz nacional de los talibanes, llamó a varios periodistas afganos. "Hemos sido nosotros", les dijo. Horas después, la ministra de Defensa, Carme Chacón, calificaba a los atacantes de "delincuentes comunes". En el estamento militar y en la comunidad de inteligencia no salían de su asombro. "No tenemos ni idea de dónde se ha sacado la ministra eso de los delincuentes comunes. No tiene ni pies ni cabeza", dijo una persona que sigue de cerca la situación en Afganistán. -
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