El paciente sufría una severa deformidad por un tumor
Ajeno a la polémica levantada por la operación a la que fue sometido entre el martes y el miércoles, el primer trasplantado de cara de España, un hombre canario de 43 años, evolucionaba ayer sin sobresaltos en la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital La Fe. Al paciente, que sufría una severa deformidad causada por un tumor, por los efectos de numerosas intervenciones quirúrgicas y por la radioterapia, le fue trasplantada la parte inferior del rostro. Aunque la medicina no es una ciencia exacta, destacaban fuentes sanitarias, se le consideraba curado del tumor, y por ello candidato preferente al trasplante.
El hombre se encontraba ayer profundamente sedado y era alimentado a través de una sonda. Una vía que se mantendrá durante algunos meses antes de que pueda empezar a tomar alimentos fáciles de deglutir. Los problemas que arrastraba iban mucho más allá de lo estético. Presentaba graves dificultades para comer y para hablar, lo que inclinó al equipo del doctor Pedro Cavadas a incluir inicialmente la lengua, un órgano que hasta entonces nunca había sido trasplantado, en la operación. El cirujano aseguró ayer, sin embargo, que ni la lengua ni la parte inferior de la mandíbula (como también se planteó en un principio), le fueron trasplantados.
El trasplantado evoluciona aislado en la unidad de cuidados intensivos
La zona intervenida, la boca, un área especialmente expuesta a los gérmenes, hacen prever que la recuperación vaya a ser más difícil que en otros complejos trasplantes efectuados por Cavadas, como los de antebrazos y manos.
Si todo marcha bien, sin embargo, su estancia en la unidad de Cuidados Intensivos no debería ser superior a siete o 10 días. Si los intensivistas lo deciden, podría ser inferior. De allí pasará a planta en la unidad de Cirugía Plástica. Permanecerá aislado en una habitación, con las visitas imprescindibles y sin contacto con otros pacientes. Los médicos, enfermeros, auxiliares y demás personal del hospital que entre en ella deberán llevar mascarillas y limitar al máximo el contacto.
¿Cuánto tiempo pasará en planta? Es complicado de decir, pero fuentes sanitarias apuntan que no tendría por qué estar mucho más de un mes, suponiendo que no hubiera contratiempos. Uno de los motivos para no dilatar más de lo necesario su estancia en el centro es la de prevenir posibles infecciones nosocomiales (contagios dentro del propio hospital). Tras abandonar el centro, el paciente seguirá controlado por el equipo de Cavadas.
El vendaje que llevará durante el tiempo que pase en La Fe no será muy aparatoso, ya que deberá ser sometido a curas y exploraciones frecuentemente. ¿Cuándo se le pondrá frente a un espejo? Fuentes sanitarias apuntan a que lo normal será esperar a que él lo pida. Desde el punto de vista de los cirujanos lo normal será tratar de esperar hasta que las heridas y la cicatrización hayan evolucionado lo bastante como para que el paciente, al mirarse, se vea con un aspecto mejor que el que tenía cuando entró en quirófano.
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