Los payeses venden hoy en Lleida frutas y verduras a bajo precio
Unió de Pagesos denuncia los márgenes abusivos de los intermediarios
Los agricultores vuelven a estar en pie de guerra. Dicen estar hartos de los bajos precios que los distribuidores pagan por sus productos. Además, las medidas urgentes aprobadas por el Gobierno para paliar los efectos de las granizadas y los incendios de este verano en Cataluña no han gustado al colectivo por insuficientes y demasiado restrictivas. Unió de Pagesos (UP), el sindicato mayoritario del campo catalán, protestará hoy en Lleida vendiendo productos en la calle a precios más bajos que ellos prefieren llamar "justos".
La medida ha tenido mucho éxito en otras poblaciones y sirve, creen los agricultores, para denunciar los bajos precios impuestos a los productores agrícolas y ganaderos por los distribuidores y la agroindustria y a las administraciones que lo permiten al no hacer cumplir las normativas de competencia, comercio y consumo. Ello hace que el precio se multiplique hasta llegar al consumidor.
El consumidor paga hasta 10 veces más de lo que percibe el campesino
El mercado se celebrará a partir de las once de la mañana en la calle de Pi i Margall, junto al Auditorio Municipal. En él se venderán hortalizas, cítricos, fruta dulce y seca, vino y uva, con una etiqueta que incluirá el precio real que percibe el productor y el precio justo que le correspondería teniendo en cuenta los costes de producción. "Con esta acción queremos que los ciudadanos vean la diferencia que hay entre el precio que pedimos por nuestros productos y el que ellos acaban pagando en el mercado o en la tienda", señala Josep Cabré, coordinador de UP en Lleida.
Actualmente, el agricultor percibe 25 céntimos de euro por kilo de naranjas, cuando el precio justo sería de 50 céntimos; un kilo de manzana Golden tiene un precio justo de 40 céntimos, pero el productor recibe 15; el kilo de melocotón rojo se paga a 20 céntimos, cuando el precio debería ser de 60. En las hortalizas, patatas y tomates hay una diferencia de 20 céntimos entre el precio justo y el que recibe el agricultor. En la tienda el consumidor paga 6, 7 y hasta 10 veces más.
Uno de los productos que tiene una diferencia más acusada es la avellana almendrada, que se paga al productor a 88 céntimos el kilo cuando el precio justo debería ser de dos euros. La almendra también se paga a 60 céntimos, 40 por debajo del coste de producción. Lo mismo ocurre con la uva y la aceituna.
El sindicato agrario reclama al Gobierno central y a la Generalitat que hagan cumplir la legislación actual, incrementando las inspecciones de comercio, consumo y competencia; una nueva legislación de comercio agroalimentario que garantice la transparencia del mercado.
Los agricultores aseguran que uno de los factores que favorecen los abusos que sufren en cuestión de precios es la concentración de la distribución en grandes superficies. El último anuario de la distribución comercial del sector cotidiano en régimen de autoservicio en Cataluña, hecho por la Generalitat, señala que cuatro grupos empresariales concentran el 56,6 % de las ventas.
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