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Madrid sortea la crisis turística

Turistas 'low cost'

Hay más visitantes internacionales, pero no gastan tanto como en años anteriores

Es la una de la tarde en la plaza Mayor. El día es soleado, todo está abierto, las encuestas del ministerio cuentan que en Madrid hay más turismo que el año pasado... ¿Y las terrazas? Vacías. No encaja.

No están los cientos de visitantes extranjeros que otros años a estas horas abarrotaban los bares y restaurantes del centro para almorzar. "¿Quién ha dicho que en Madrid ha subido el turismo? A ése le decía yo que viniese a ver esto. ¡Pero si tenemos un 40% menos de ingresos!", protesta Jorge Javier García ante sus mesas vacías, las del Hegar, una de las terrazas que circundan la plaza. Cristóbal Melgar, del Zarra, otro local, tampoco se cree las estadísticas: "Otros años éramos 11 camareros y no dábamos abasto, y ahora estoy yo solo, y mira, una sola mesa ocupada".

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Mientras tanto, Kasia Lindmev y Magdalena Szydko, dos jóvenes polacas, están en la plaza Mayor, pero no consumen. Toman el sol sentadas en uno de los bancos de piedra de la explanada. "Nosotras vinimos en un vuelo de bajo coste y nos alojamos en la casa de unos conocidos, pero el resto de la gente... A lo mejor es que se han quedado en los hoteles por el calor. Saldrán luego", comenta Kasia.

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El caso es que en los hoteles tampoco están de fiesta. El presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid, Jesús Gatel, estima que este verano la ocupación hotelera es menor (entre un 20% y un 35%) respecto a otros años, la misma situación que se ha mantenido durante todo el semestre. "Por una parte hay más oferta y los clientes se reparten, pero aun así hemos pasado de ser una industria que trabajaba basándose en la demanda a tener que plantear ofertas para atraer a los clientes. Un ejemplo claro es que hemos reducido alrededor de un 20% nuestros precios".

Y tampoco se ha incrementado la afluencia a los hostales, según el presidente de la Asociación de Empresarios del Hospedaje de la Comunidad, Jesús Martín: "Nosotros hemos tenido una bajada del 12%".

Y es que hay gente que ni siquiera duerme en la ciudad. Un ejemplo de ello son Diana Dimotrova y Rady Pavlov, una pareja búlgara. "Hemos llegado hoy y estamos conociendo la ciudad, pero luego nos vamos a Marbella", dice la fugaz turista.

Ni siquiera los hombres de negocios como el argentino Carlos Szczipnyj se permiten el lujo de pasar aquí más de una noche. "Si fuese por mí haría todo desde Vigo, que es donde llevo el grueso de mis negocios, aunque ya sabes: Dios está en todas partes, pero atiende en Madrid". Gatel también sabe que la región es destino ineludible para muchos empresarios, pero señala que a la bajada de la ocupación hotelera en general se ha sumado la considerable disminución del número de congresos celebrados en los hoteles madrileños.

La quiosquera de la calle de Preciados tampoco logra deshacerse de los ejemplares de los periódicos extranjeros que apila a los pies de su puesto. Algunos hoteles céntricos, como el de las Letras, se quejan de la baja afluencia de clientes y de la escasa acogida de sus ofertas turísticas, y ni siquiera las tiendas, repletas de carteles de ofertas, logran llenar sus locales.

Pero entonces, ¿dónde van esos visitantes, como las californianas Mo McDonalds y Megan Melendrez, que opinan que "los monumentos de la ciudad son preciosos", que "la noche madrileña es una pasada" y que "la gente de aquí es amable y divertida"? ¿Y las parejas que pasean delante de la puerta del Sol, como los italianos Francesca Marquesana y Nicola Guirardi? ¿Y la francesa Ludivine Gueho y su amiga alemana May Schumacher cuando salen del locutorio arrastrando sus maletas?

En la oficina de información de Callao saben algo de este misterio. El de las encuestas que hablan de incremento del turismo mientras bares, restaurantes, tiendas y hoteles se quejan de la baja afluencia de público. "Hombre, yo sí que veo más turistas que el año pasado, pero sí es cierto que la mayoría viajan en compañías de bajo coste, se alojan en lugares muy baratos, preguntan por las cosas que son gratis, se interesan por los descuentos y piden que les señalemos los sitios más económicos para comer", explica la informadora. Según datos del ministerio, el gasto medio por turista en Madrid durante el mes de junio fue de 997 euros, casi un 13% menos que en el mismo periodo del año pasado. Junto a Valencia es la única región donde ha descendido este indicador.

Problema resuelto. Los turistas están, pero no han venido a quemar sus tarjetas de crédito. "¿Has mirado en ese restaurante? Vengo de allí y está lleno de turistas", sugiere una anónima transeúnte. Y frente a su dedo indicador, la respuesta: un McDonald's.

Debe de ser que las tapas ya no están tan baratas en Madrid.

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