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Berlusconi anuncia un plan contra el crimen y la mafia

El proyecto se dotará con el dinero incautado a los clanes

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, interrumpió ayer sus vacaciones para declarar "la guerra a las fuerzas del mal: al crimen común y al organizado". Para ello se comprometió a movilizar al "Ejército del bien". El anuncio se produce tras el desgaste político que ha ocasionado a Berlusconi la polémica en torno a las fiestas privadas organizadas en su casa de Cerdeña y a la que asistían azafatas televisivas que supuestamente llegaban a la isla en aviones del Estado.

Berlusconi compareció ante la prensa flanqueado por el ministro del Interior, Roberto Maroni, y el titular de Justicia, Angelino Alfano. Interrumpió sus vacaciones en Cerdeña -esta vez con sus hijas como única compañía femenina- para proclamar la guerra contra la mafia y anunciar un plan de acción que verá la luz en septiembre. Del contenido de dicho plan no adelantó ninguna medida concreta. El Ejecutivo de Berlusconi ha conseguido reducir en un 14% la actividad criminal en sus 14 meses de mandato, según el titular del Interior.

El nuevo plan incluirá un endurecimiento del régimen penitenciario para los implicados en delitos mafiosos. Uno de los pilares del nuevo proyecto se basará en el principio de "el dinero de la mafia, contra la mafia". El ministro de Justicia, Angelino Alfano, anunció la activación de un Fondo Único de Justicia al que irían a parar unos 600 millones de euros de las cuentas intervenidas por orden judicial a los grupos mafiosos. Estas cuentas se encuentran bloqueadas a la espera de "la firma del presidente del Consejo de Gobierno" para autorizar el desbloqueo. Mientras el titular de Justicia hablaba, Berlusconi asentía; la firma está garantizada.

"Para el próximo Consejo de Ministros -continuaba el ministro de Justicia- tendremos ultimado un plan para la construcción de nuevas cárceles".

El hacinamiento de los presos, con un número récord de suicidios y la reciente sentencia condenatoria del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, ha hecho que más de un centenar de diputados y senadores italianos de todos los grupos políticos visiten este fin de semana las prisiones del país para comprobar si es verdad lo que cuenta la prensa: hasta seis personas en celdas para dos. "De los más de 63.000 presos actuales en Italia, 20.000 son extranjeros (...) y ante un fenómeno de tales dimensiones, la Unión Europea debería ayudarnos a cubrir los costes de apertura de nuevos centros penitenciarios", señaló el ministro del Interior.

La prensa ha criticado la falta de recursos para aplicar el conjunto de leyes que, bajo el nombre pacchetto sicurezza [paquete de seguridad] entraron en vigor hace sólo una semana. Entre las críticas, destacan la existencia de coches patrulla sin gasolina por falta de dinero y los Centros de Acogida y Expulsión a los que tendrían que llegar indocumentados de toda Italia sin dotación para albergar a los que ya están dentro. Berlusconi y el titular del Interior tacharon las críticas de "falsedades".

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Berlusconi, en un viaje a Egipto en mayo pasado.
Berlusconi, en un viaje a Egipto en mayo pasado.REUTERS

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