El régimen iraní procesa a extranjeros para desacreditar a los reformistas
Acusados una profesora francesa y dos empleados en embajadas occidentales
En un intento de desacreditar al movimiento reformista, las autoridades iraníes presentaron ayer ante el Tribunal Revolucionario de Teherán a la profesora francesa Clotilde Reiss y a sendos empleados locales de las Embajadas de Francia y el Reino Unido, junto a decenas de activistas. El fiscal pretendía demostrar que potencias extranjeras financiaron y promovieron las protestas suscitadas por el triunfo de Mahmud Ahmadineyad en las elecciones de junio. La oposición califica el macrojuicio de "puesta en escena".
"Escribí un informe de una página sobre las manifestaciones para (...) el servicio cultural de la embajada. (...) Lamento mis actividades y pido perdón a los iraníes y al tribunal. Espero que me perdonen", declaró Reiss, según la agencia semioficial Fars. La joven profesora francesa, que cumplió el 31 de julio 24 años en prisión, fue detenida el primero de ese mes en el aeropuerto de Teherán, cuando se disponía a regresar a su país. Reiss había pasado cinco meses dando clases de francés en la Universidad de Isfahán. Fue acusada de espionaje por haber enviado un e-mail con imágenes de las protestas en esa ciudad a un amigo francés en Teherán.
Londres rechaza las confesiones arrancadas sin garantías legales
Francia asegura que la acusación "carece de fundamento" y su presidente, Nicolas Sarkozy, ha pedido su liberación. El lunes, los embajadores de Suecia y España en Irán hicieron una gestión ante el Ministerio de Exteriores para pedir su puesta en libertad. En Irán, el espionaje y las actividades contra la seguridad nacional se castigan con la pena de muerte.
"Había venido otras cuatro o cinco ocasiones. Le encantaba el país. Daba clases de francés a la vez que estudiaba el persa", relatan amigos iraníes de Reiss que no dan crédito a lo ocurrido. En las imágenes difundidas por la televisión estatal, la joven aparece sentada en la primera fila de la sala, con la mirada baja y vestida con un pantalón vaquero, una bata negra y un pañuelo estampado cubriéndole la cabeza.
La mayoría de los observadores no se explican qué pretenden las autoridades iraníes al implicar a Reiss. "Como no quieran que Francia les envíe a su propio Clinton a liberarla", comenta con sorna un embajador no europeo acreditado en Teherán. Además de la profesora francesa, Irán ha detenido a tres excursionistas estadounidenses que al parecer se extraviaron en una zona montañosa de la frontera con Irak. Ayer el ministro de Exteriores iraquí pidió información sobre ellos al embajador iraní en Bagdad.
Al igual que en la primera sesión, el sábado anterior, sólo la prensa oficial tuvo acceso.
Junto a las declaraciones de Reiss, los medios estatales destacaron las de Hosein Rasam, analista político de la Embajada británica, y Nazak Afshar, una ciudadana franco-iraní que trabaja en la sección cultural de la Embajada francesa. También insistieron en que los políticos encausados están vinculados a los ex presidentes Ali Akbar Rafsanyaní y Mohamed Jatamí. Ambos han rechazado el resultado electoral. El pliego de cargos leído por el fiscal durante la sesión describió supuestos planes de EE UU y el Reino Unido para fomentar desórdenes en Irán con el objetivo de derribar al régimen islámico mediante una "revolución de terciopelo", según Irna. La acusación también responsabiliza a esos países de facilitar asistencia financiera a los reformistas iraníes.
"Debido a que el Gobierno de EE UU carece de medios para seguir los acontecimientos en Irán y dadas las buenas relaciones entre Washington y Londres, la Embajada británica envió a Washington la información que recogió sobre los disturbios poselectorales", testificó Rasam, según la agencia Irna. El analista, uno de los nueve empleados de cancillería del Reino Unido detenidos a finales de junio, también aseguró que esa legación pidió a sus empleados que acudieran a las manifestaciones. La televisión estatal le mostró vestido con el uniforme carcelario, una especie de pijama azul claro.
"Esto es inaceptable y contradice las garantías que repetidamente nos han dado altos funcionarios iraníes", manifestó una portavoz del Foreign Office en Londres. "Deploramos estos juicios y las llamadas confesiones de presos a los que se niegan los derechos humanos fundamentales", añadió, antes de advertir que su país responderá a "este último ultraje". Rasam fue liberado en julio tras depositar una fianza. Ahora, Irna dice que está acusado de espionaje y de "actuar contra la seguridad nacional".
Occidentales ante la justicia iraní
- Clotilde Reiss. Francesa, de 24 años. Profesora de francés detenida el 1 de julio.
- Maziar Bahari. Periodista irano-canadiense, de 42 años. Corresponsal de Newsweek en Irán desde hace 10 años.
- Kian Tajbakhsh. Sociólogo con nacionalidad iraní y estadounidense, experto en planificación urbana. Detenido el 9 de julio junto con otros tres académicos con pasaporte estadounidense.
- Excursionistas estadounidenses detenidos
el 31 de julio en la frontera con el Kurdistán iraquí: Shane Bauer, periodista free-lance; Sara Shourd, novia del anterior; Josh Fattal, amigo del anterior, con quien estudiaba árabe
en Damasco.
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