Expertos aseguran que basta un mes para proteger los vestigios de Serrano

Un mes es el plazo mínimo que requeriría satisfacer las exigencias administrativas que la Comunidad de Madrid plantea al Ayuntamiento en el caso de los hallazgos arqueológicos encontrados en las obras de la calle de Serrano. Tal es el juicio de facultativos, arqueólogos, historiadores y arquitectos consultados.

Básicamente esas demandas del Gobierno regional, que tiene las competencias de fiscalización administrativa de la actuación municipal, consisten en la elaboración de propuestas de conservación de lo hallado por parte del Consistorio, bien sea su mantenimiento in situ, bien su musealización, o quizá su traslado, a tenor del análisis del llamado registro arqueológico.

El registro arqueológico es un expediente al cual los arqueólogos contribuyen mediante la excavación, la extracción y medición de los hallazgos más su ubicación, según coordenadas UTM, de longitud y latitud. Los historiadores, por su parte, pueden actuar antes que los arqueólogos si en sus búsquedas disponen de cartografía y documentación sobre la zona en cuestión que les permita prever lo que los expertos van a hallar, como fue el caso de las obras de la calle de Serrano. En cuanto a los arquitectos, al decir de un profesional de la restauración, "evaluamos la tectónica de lienzos y cimentaciones, y proponemos fórmulas de conservación".

En las obras de la calle de Serrano se conoce la traza de la cerca sanitaria y fiscal de Felipe IV y se ha dado la particularidad de que el área más rica en restos arqueológicos se sitúa en una zona donde convergen ese muro de 3 metros de altura por 1,5 metros de anchura, construido a partir de 1625; el viaje de agua o canal procedente del arroyo Abroñigal Alto, que arrancaba de la hoy avenida de los Toreros, también del siglo XVII; más la cerca de Carlos III, edificada en el siglo XVIII encima de la de Felipe IV. "Además", explica el historiador Francisco Marín Perellón, "la cerca integró tramos de la valla perimetral de la llamada Huerta de San Felipe Neri, donde en el siglo XIX se erigiría la Real Casa de la Moneda, la Escuela de Veterinaria y la Biblioteca y Archivo Nacionales", precedentes del Museo Arqueológico y de la Biblioteca Nacional. "Así consta en la cartografía de Francisco Coello de 1848".

Otra singularidad es que en paralelo a la cerca discurría el llamado Camino de Ronda, a lo largo de la hoy calle de Serrano, eje principal del barrio de Salamanca edificado a mediados del siglo XIX. Como las vaguadas naturales eran transversales a la ronda (Serrano), esta vía y la retícula de calles adyacentes serían realzadas, y la cerca y el viaje de agua perderían sus funciones con el ensanche del barrio de Salamanca y la llegada del Canal de Isabel II. Por haber sido demolidos en torno a 1868, los vestigios y su secuencia histórica adquieren tan alto valor arqueológico.