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La nueva financiación autonómica

Baleares se acerca a su reclamación de estar en la media española

Un soplo de esperanza se extendió ayer tarde entre la cúpula del Gobierno de Baleares, tras dos jornadas de desazón y máxima presión política. "Se negocia con el Gobierno central y se avanza con la exigencia de estar en la media del modelo de financiación para poder firmar", manifestó anoche el consejero de Hacienda, Carles Manera, del PSOE.

"Ahora permanecemos en la base 79, lo que supone 21 puntos de castigo, y esperamos quedar en la base 100". Manera conversó de nuevo con el secretario de Estado, Carlos Ocaña, y el presidente balear, el socialista Francesc Antich, contactó con las máximas instancias de La Moncloa y Ferraz. "Los teléfonos echarán humo hasta el último minuto".

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Los ajustes y las nivelaciones entre los diferentes fondos de competitividad, compensación y suficiencia, "en un marco de cálculos posibles que permite la arquitectura del modelo", podrían representar al final lograr una partida de transferencia estatal "óptima" cercana a los 450 o 500 millones de euros. "No reclamos la deuda histórica ni daremos un golpe teatral, pero no asumiremos el quedar mal", reseñó Manera.

Bomba demográfica

La aportación inicial prevista en el diseño del nuevo modelo situó a Baleares cinco puntos por debajo de la media, con una partida estatal de menos de 300 millones de euros anuales que sumar a los actuales 1.830 millones por año que recibe. "Inaceptable, es una marcha atrás", fue la respuesta dada a la vicepresidenta Elena Salgado. Ayer se daba por superado el primer revés. Los socios del Gobierno del PSOE, la alianza del Bloc-IU-Verds-PSM más UM, respaldaron la posición exigente desde Palma.

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El presidente Antich encaminó la vía de la prudencia tras plantarse ante la penúltima oferta cerrada del Gobierno y mostrarse muy exigente ante la dirección del PSOE.

Antich recordó sus compromisos con Baleares al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega, Manuel Chávez y José Blanco. "Todos se llenaron la boca proclamando lo perjudicados que estábamos, lo mucho que avanzaríamos, y los resultados no llegaban", comentó una fuente socialista.

Baleares ha vivido en los últimos 12 años una bomba demográfica, la más alta del Estado, con un crecimiento exponencial hasta 1,1 millones de habitantes y una tasa del 20,2% de nueva población. La demanda de infraestructuras y servicios es acuciante.

La deuda acumulada y el déficit ahogan las finanzas públicas. La caída de ingresos por impuestos de actividad inmobiliaria agrava la herencia con agujeros y deudas.

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