"Los que tengan tos se quedan aquí"
Seis jóvenes de Tarragona, aislados por un brote de nueva gripe
"Me encuentro un poco mareado, pero bien", comenta tranquilo Andrés -nombre ficticio- mientras se ajusta la mascarilla a la boca con la punta de los dedos. Debería estar aislado en su habitación, pero ha salido a la calle a comprar antibióticos. Es uno de los 27 jóvenes de entre 17 y 18 años afectados por el brote de nueva gripe detectado en Alcanar (Montsià). El grupo regresó el martes de una semana de vacaciones en Mallorca. En menos de 24 horas, muchos de ellos empezaron a sentirse mal y una quincena se encontraron en el centro de salud de Alcanar. "Los que tengan tos se quedan aquí", les dijo un médico. Entre el miércoles y la madrugada del viernes, a seis se les diagnosticó la enfermedad y permanecerán aislados en sus casas durante al menos una semana. También deben encerrarse en su habitación otros dos jóvenes, que ayer seguían aguardando el resultado de los análisis.
El Departamento de Salud anunció que seguirá la evolución del resto del grupo que, por ahora, no presenta síntomas gripales. Sólo uno de los viajeros queda fuera de riesgo ya que las pruebas médicas dieron resultado negativo. El foco de contagio no se aclarará hasta la semana próxima, cuando Salud concluya el estudio epidemológico. Los médicos indican que todo empezó en la isla balear, pero dos de los afectados aseguraron a este diario que al menos dos personas tuvieron que guardar cama en Mallorca "porque tenían reflujos de fiebre".Salud admitió que no puede descartar que el brote se originara en Tarragona. "Esperamos resolverlo en breve", apuntó Ismael Roldán, responsable sanitario de las comarcas del Ebro.
Ana, otra de las viajeras, asegura que nadie esperaba terminar así sus vacaciones. "Playa, piscina, fiesta, playa, piscina, fiesta. Todo fue muy bien, pero al día siguiente de regresar nos encontrábamos mal casi todos. Pensábamos que era por las juergas que nos pegamos allí", comenta por teléfono.
"Yo fui la primera en ir al hospital. Tenía fiebre y me dolían los huesos", añade tímida otra voz femenina que, en conversación telefónica, pide no revelar su nombre. El miércoles acudió al centro sanitario de Alcanar, que la remitió al hospital de Tortosa por precaución. Allí le tomaron muestras de sangre y le hicieron radiografías, entre otras pruebas. Al día siguiente le confirmaron el diagnóstico: nueva gripe. Y avisó al resto del grupo. Muchos acabaron en el hospital de Tortosa para más pruebas.
"Es duro: tengo que usar unos cubiertos especiales, mis padres usan guantes para traerme la comida... Por suerte, también hablo con otros enfermos por teléfono, nos contamos qué tal estamos", explica otro afectado que prefiere no decir su nombre por miedo a que le reconozcan. Tanto anonimato parece responder a que la tranquila localidad de Alcanar (10.500 habitantes), situada junto a la desembocadura del Ebro, no esperaba protagonizar el mayor brote originado en el país desde la aparición del nuevo virus. Otro grupo de estudiantes ya sufrió un brote a principios de junio, pero se contagiaron en la Riviera Maya.
Bichos raros
El caso es que la comidilla vecinal estalló el jueves al ver a una docena de jóvenes cargados con mascarillas que salían del centro sanitario. "Tenemos miedo", concede una joven. "El hermano de uno de los enfermos es de nuestra pandilla. Y cuando le vemos llegar nos hace sentir incómodos, tenemos miedo de que nos contagie". No es el único pariente afectado por el brote. Andrés, seudónimo del joven que ha abandonado su encierro para comprar medicamentos, comenta que incluso su pareja se ha convertido en blanco de los vecinos.
Arranca a estornudar tras la mascarilla. "Nos tratan como a bichos raros", protesta. "Algunos han llamado para ver cómo progresaba la enfermedad, pero nadie se ha pasado por casa", lamenta.
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