Irán amenaza con juzgar a los detenidos de la Embajada británica
Los Gobiernos de la UE llaman a consultas a los diplomáticos iraníes
El líder de la plegaria del viernes en la Universidad de Teherán, el ultraconservador Ahmad Yanatí, sugirió ayer que Irán va a juzgar a los empleados iraníes de la Embajada británica detenidos la semana pasada. Las autoridades les acusan de participar en las protestas que siguieron a las elecciones presidenciales del pasado junio y todavía mantienen en prisión a dos de los nueve que encarcelaron el sábado 27. Sus palabras constituyen una nueva provocación a la UE, que el día anterior pidió la liberación de todos ellos.
"En esos sucesos, su Embajada aquí mantuvo una presencia en la que se detuvo a algunos individuos, e inevitablemente serán juzgados porque han hecho confesiones", dijo Yanatí durante el sermón del viernes. El clérigo no precisó cuántos empleados irán a juicio o bajo qué acusaciones. Aunque Yanatí no ostenta ningún cargo en el Gobierno ni en la judicatura, se trata de un hombre muy próximo al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, y es el secretario general del Consejo de Guardianes, una especie de Cámara alta no elegida que también se ocupa de la supervisión electoral.
Además, Yanatí es el mismo clérigo que hace una semana, en el mismo foro, pidió que a los organizadores de las protestas se les acuse de mohareb, término que en la legislación islámica se aplica a quien combate contra Dios y que está castigado con la pena capital. Además, los responsables judiciales han anunciado la creación de tribunales especiales para juzgar a los detenidos por contestar el resultado electoral que dio la victoria a Mahmud Ahmadineyad. Todo ello hace temer que se estén preparando juicios sumarísimos sin garantías.
El secretario del Foreign Office británico, David Miliband, expresó ayer su "gran preocupación" por las palabras de Yanatí y pidió "aclaraciones urgentes" a Irán. Reino Unido, que desde el principio ha negado la implicación de su personal en las revueltas, ha pedido a los miembros de la UE que retiren a sus embajadores de Irán como protesta por las detenciones. La presidencia sueca ha anunciado que esa medida se adoptará si los detenidos van a juicio. De momento, los Veintisiete han llamado a consultas a los embajadores iraníes en sus capitales para pedirles la inmediata liberación de los detenidos.
El pasado miércoles, la agencia semioficial Fars, considerada portavoz del aparato de seguridad iraní, aseguró que uno de los detenidos "había tenido un destacado papel durante los recientes disturbios, dirigiéndolos entre bambalinas". La misma fuente dijo que una empleada de la Embajada había sido "un elemento clave", pero que había sido liberada porque tenía inmunidad diplomática. Ahora, la intervención de Yanatí supone una escalada.
"Es la táctica habitual de los iraníes; primero, dejan caer una acción radical que probablemente no tienen intención de llevar a cabo, para a continuación mostrarse magnánimos aparentando que dan un paso atrás como gesto de buena voluntad", dice un embajador occidental no europeo.
La acusación a los empleados británicos, y a Reino Unido en general, forma parte de la propaganda oficial que atribuye la contestación popular por el resultado electoral a unos cuantos subversivos locales y potencias extranjeras. En esa línea, la agencia Fars anunció el jueves que el Gobierno compensará a las familias de las "víctimas inocentes" que se han producido durante las manifestaciones. La agencia no detalla la cuantía de la ayuda ni los beneficiarios. Todo apunta a que se trata de los ocho basiyís que, según el jefe de ese grupo paramilitar, el hoyatoleslam Hosein Taeb, fallecieron en las revueltas. Los irregulares fueron la fuerza de choque del Gobierno en la represión de las manifestaciones pacíficas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.