"No me gusto en 'Tetro'
Es difícil que Maribel Verdú cambie su rutina. Ni el Premio Nacional de Cine, que recibió ayer y que está dotado con 30.000 euros, lo consiguió. Hizo lo que tenía previsto hacer. Con 25 años de carrera, Maribel Verdú (Madrid, 1970) está viviendo un buen momento. El teatro, con la obra Un dios salvaje, la tendrá ocupada hasta noviembre. A partir de enero tiene prevista su participación en cuatro filmes -con Imanol Uribe, Gracia Querejeta, Pablo Verger y Paula Ortiz- en papeles pequeños pero "maravillosos".
Pregunta. ¿Cómo lo ha celebrado?
Respuesta. Casi todos los martes tengo mi comida de amigas, que es sagrada. Ya había quedado a comer porque mañana me voy de vacaciones cuando me lo han anunciado. He flipado, me he emocionado muchísimo. Lo he celebrado con mis amigas hasta las cinco. Ha sido una locura.
"De las ofertas de Hollywood sólo me ha interesado la de Coppola"
P. ¿Qué supone este premio en este momento de su carrera?
R. No pienso en esos términos. He pensado en todos los compañeros que he tenido a lo largo de mis 25 años de carrera porque es un premio que te concede tu gente. Se lo tengo que agradecer a directores, a productores que han confiado en mí, a todos mis compañeros actores que me han dado réplicas maravillosas para poder lucirme con películas y personajes estupendos.
P. ¿Recuerda a alguien especialmente?
R. Siempre que me pasa algo bueno me acuerdo de una persona que no está aquí con nosotros que es Ricardo Franco. ¡Cómo lo disfrutaría!
P. Tras unos años de vivir una especie de travesía del desierto...
R. Afortunadamente. He pensado en lo estupendo que es todo lo que llevo de la mano del cine y lo bien que me vino que en un momento dado el cine me diese de lado. Me hizo aprender a ser paciente, a mí, que no sabía lo que era la paciencia; a saber esperar y a saber que esto va por rachas, que hoy me toca a mí pero que mañana le toca a otra persona. Hoy estás aquí y mañana en otro sitio. Lo importante es estar siempre con los pies muy en la tierra y no olvidarlo jamás.
P. Después de esa travesía, está instalada en una especie de paraíso casi perfecto. ¿Uno también se prepara para ello?
R. Estoy igual en un sitio que en otro y eso la gente que me conoce lo sabe. Nada me cambia.
P. El jurado ha valorado su "apasionado compromiso con el cine español e iberoamericano". ¿En qué consiste eso?
R. En el caso del cine iberoamericano, tuve la suerte de hacer un día Y tu mamá, también y desde entonces es un mercado del que me vienen muchas ofertas interesantes.
P. ¿Y con el español?
R. En este caso, más que compromiso es una cuestión de necesidad. Cuando yo me comprometo lo hago hasta el fondo, con todas las consecuencias, pero en este caso es una cuestión de toma y daca. Yo vivo de esto, llevo trabajando en cine desde que tenía 13 años y no se me ocurre vivir de otra cosa porque no sabría qué hacer si no es interpretar.
P. La crítica no ha puesto muy bien su último estreno, Tetro, de Coppola. ¿Usted está satisfecha con su trabajo?
R. No. No me gusto en Tetro. Me cuesta mucho verme en una película rodada en inglés, no sé ver mi trabajo. Agradezco que las críticas me hayan salvado por todas partes, que hayan valorado mi trabajo. A lo mejor es que no soy objetiva, pero mi percepción no la puedo cambiar.
P. ¿Cambiará algo su carrera tras el proyecto con Coppola?
R. No pienso en esas cosas. Parece que para que te consideren tienes que triunfar en Hollywood. Yo soy feliz con lo que hago.
P. ¿Sigue entonces sin tentarle Hollywood?
R. Sigue sin tentarme. Trabajaré dónde sea, en Johanesburgo, en Hollywood o en Albacete mientras haya proyectos que me interesen. De las ofertas que he recibido de Hollywood sólo me ha interesado la de Coppola. Si mañana me llama Jim Jarmusch, seguramente me vaya corriendo pero si no, no.
Babelia
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