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Simulaciones, fusiones y cuotas participativas

El modelo que maneja el Gobierno de España para el nuevo escenario financiero sólo contempla dos grandes bancos y dos grandes cajas para España. Algunos expertos amplían ligeramente el espectro, aunque aseguran que "no caben más de cuatro o cinco cajas". El acordeón financiero, en cualquier caso, ha empezado a comprimirse al ritmo que imprime el Banco de España.

En ese escenario, las cajas pequeñas, aquellas cuyos activos no superan los 50.000 millones de euros, están llamadas a desaparecer. Bancaja y la CAM tienen varias parejas de baile obligadas por el Banco de España en perspectiva, como Cajastur, Caja Murcia, Sa Nostra o Caja Navarra, entre otras. De hecho, Bancaja ya ha hecho simulaciones con algunas de ellas, según admitió José Luis Olivas hace unas semanas. Por ejemplo, Cajastur y Caja Navarra supondrían el 20% de los activos de Bancaja.

Pero en ese proceso de concentración financiera también las medianas como Bancaja y la CAM, que son la tercera y la cuarta española, se vuelven apetecibles para las dos grandes: Caja Madrid y La Caixa. La posibilidad de una fusión entre Caja Madrid y Bancaja ha planeado en los últimos días con vuelo muy rasante sobre los círculos financieros. Son varias las voces que ante la inminente redefinición del mapa financiero piden una reflexión sobre el futuro de las cajas valencianas.

Uno de los expertos consultados se mostró muy inquieto ante la posibilidad de que Caja Madrid se fusionara con Bancaja, ya que supondría un error para la Comunidad Valenciana porque su planteamiento no responde a una lógica económica sino política: tapar errores partidistas y mantener acomodos. Asimismo, criticó el sesgo político que supone que no se pueda plantear del mismo modo una fusión con La Caixa.

Para superar esta vulnerabilidad, este especialista mantiene que a Bancaja no le quedan muchas más salidas que capitalizarse. Una de las fórmulas consistiría en hacer una emisión de cuotas participativas de entre 2.000 y 5.000 millones, amortizables a 15 o 20 años, y que la Generalitat avalara su devolución. La CAM ya ha recurrido a las cuotas participativas con una pequeña emisión de 292 millones hace casi un año, aunque sin contar con el aval de la Generalitat. La CAM, además, tiene autorización de la asamblea para realizar una segunda emisión por una cantidad sin determinar. "Con el aval de la Generalitat, la emisión sería colocable en el mercado y las entidades se capitalizarían", asegura.

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