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Los recelos de Caixa Manresa condicionan el éxito de la primera fusión entre cajas catalanas

Sabadell, Terrassa y Manlleu negocian mantener diferenciada su obra social

La participación de Caixa Manresa en una posible operación de concentración junto con Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu es clave para el éxito de esta operación, que hoy será explicada por los directores generales de estas entidades al Banco de España, en una reunión que se celebrará por la mañana en Madrid. "Sin, como mínimo, Caixa Manresa, la resultante no cuenta con suficiente masa crítica ni suficiente consistencia para el vendaval que se avecina", resumían ayer fuentes conocedoras de los contactos entre las cajas catalanas. Otras fuentes, esta vez próximas a la Administración, hablaron incluso de "necesidad estratégica".

La caja del Bages ocupó en 2008 el séptimo lugar por beneficios entre las 10 cajas catalanas y tiene unos activos de apenas 6.600 millones de euros, pero su buena forma financiera y su nivel de morosidad, el más bajo de todas sus rivales, la convierte en un codiciado compañero de viaje. De ahí el pulso que está librando, con su ambigüedad calculada, la entidad que dirige Feliu Formosa, para hacer valer los resultados de su gestión frente al mayor tamaño de sus potenciales socias (salvo Manlleu) para así tener más peso en la resultante.

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La entidad del Bages acaba de vivir, además, un cambio en la cúspide que le permite dar largas: el presidente de la Cámara de Comercio de Manresa, Manel Rosell, ha relevado al empresario bodeguero Valentí Roqueta tras casi dos décadas en la presidencia de la caja.

En el entorno de esta caja no se rechaza de plano la unión -aunque subraya que existen otras alternativas- y se interpretan sus recelos como resistencias más tácticas que estratégicas. Su mayor capacidad de aguante debido a su situación más saneada le permite ganar tiempo y moverse sin prisas.

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No necesita, por ejemplo, escenificar que está ya en el mismo paquete de este proceso de concentración. Así, fue la única caja de las mencionadas que ayer declinó aclarar si su director general participaría hoy en el encuentro con el Banco de España, como sí confirmaron por el contrario que harían sus homólogos de Sabadell, Jordi Mestre; Terrassa, Enric Mata, y Manlleu, Dídac Herrero. Al encuentro estaba ayer previsto que acudiera también el nuevo presidente de Caixa Terrassa, Jaume Ribera, que ha relevado en el puesto a Francesc Astals, para presentarse ante el supervisor, que hace las veces de guardián del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros; aunque, en última instancia, la llave final del dinero está en manos de la vicepresidenta Económica, Elena Salgado, en nombre del principio de "la utilización más eficiente de los recursos públicos".

El FROB no sólo está concebido para las cajas eventualmente tocadas, sino para entidades que, aun estando sanas, quieran reforzar sus fondos propios y, por ende, su viabilidad. Las cajas catalanas explicarán su proyecto al Banco de España, aunque esta institución conoce a fondo la situación de las entidades financieras españolas, a las que viene aplicando exámenes de resistencia para proyectar cómo se comportarían si la crisis entrara en sus peores escenarios concebibles.

Caixa Manresa ha defendido, además del modelo actual de cajas y una operación que priorice el proyecto empresarial a la dimensión, una obra social amplia y sensible con el territorio en el que está implantada cada entidad. Quien más quien menos, todas las cajas temen por la dilución de la marca, por el arraigo en el territorio que implica el destino del llamado dividendo social. De ahí que las cajas catalanas busquen "fórmulas" para superar esta dificultad.

Una de estas fórmulas, que la Generalitat mira con buenos ojos, es una concentración exclusiva del negocio económico-financiero, mientras que, por ejemplo, a través de fundaciones, se mantengan diferenciadas las respectivas obras sociales. En España no existen precedentes de este tipo, pero sí en otros países vecinos, como Italia. La obra social, junto con el empleo y el riesgo de privatización de las cajas, son aspectos que inquietan a los sindicatos. Ayer insistió en ello el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, que vigilará "estrechamente" el impacto de la reestrucutración sobre el empleo. Según CC OO de Cataluña, una fusión entre Sabadell, Terrassa y Manlleu no comportaría despidos, porque las plantillas "son muy justas".

Por otra parte, hoy celebrará su asamblea general Caixa Girona, que aprobará además el relevo en la presidencia de Arcadi Calzada por Manel Serra. Girona mantiene negociaciones con Caixa Catalunya y Caixa Tarragona -las tres de fundación pública- para intentar acordar su integración.

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