Interrumpir el embarazo "es matar"
La reforma de la ley del aborto que prepara el Gobierno, si se llega a aprobar, "supondría un serio retroceso en la protección de la vida de los que van a nacer, un mayor abandono de las madres gestantes y, en definitiva, un daño muy grave para el bien común". En la declaración aprobada ayer por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), los obispos desgranan el anteproyecto de ley para contraponer su visión del aborto.
Lo que más solivianta a la CEE es que se considere un derecho "algo que, en realidad, es un atentado contra el derecho fundamental a la vida". No se puede, insisten, dejar esa decisión al arbitrio de la mujer durante las primeras 14 semanas de embarazo (plazo en el que la futura ley permite decidir libremente si abortar o no). Tampoco entienden que la interrupción del embarazo pueda concebirse como una decisión privada y critican que las adolescentes de 16 y 17 años puedan tomarla sin consultar a sus padres.
El documento de la CEE arremete contra la idea de que la interrupción del embarazo sea cuestión de salud: "Decidir abortar es quitar la vida a un hijo ya concebido y eso sobrepasa con mucho las posibles decisiones sobre el propio cuerpo, sobre la salud de la madre o sobre la elección de la maternidad", dice el texto y añade: "Abortar no es nunca curar, es siempre matar". Critican también que no se apoye suficientemente a las mujeres frente "al drama del aborto" y rechazan lo que ellos consideran una "imposición" de una educación moral sexual "abortista y de género" -el proyecto habla de la promoción de una estrategia de formación en salud sexual y reproductiva para todo el sistema educativo-. Este argumento recuerda mucho al que han sostenido la Iglesia católica contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
Los obispos expresan su preocupación porque queden desprotegidos los sanitarios que "por motivos muy justificados" se nieguen a practicarlos -la ley dice que se garantizará en todas las comunidades la posibilidad de interrumpir el embarazo-. El portavoz de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino, recordó la excomunión inmediata y automática de cualquiera "que participe directamente en un aborto que realmente se ejecute", es decir, como mínimo, de la mujer que aborta y los médicos que lo practican.
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