La radiotelevisión pública que reciben Surio y su equipo
La nueva dirección asume el reto de motivar a una plantilla entre desencantada y expectante, y borrar el sesgo ideológico
Contra lo que cabría esperar visto desde fuera, no parece que la politización o la penetración del imaginario nacionalista vayan a ser el mayor problema del nuevo equipo liderado por Alberto Surio al frente de EITB. Antes bien, según la opinión de un veterano profesional de la casa, los mayores obstáculos lo serán la rutina y la desilusión que han ido invadiendo a la plantilla de técnicos y redactores; el desgaste, la desmotivación y hasta la apatía. "Es una plantilla muy quemada, aunque también es cierto que cada vez que han visto que se entreabría una puerta, han entrado por ella, hasta desilusionarse de nuevo viendo que todo quedaba en nada", asegura esa persona. El estilo de los primeros años de EITB, muy verticalizado y dado a valorar antes las fidelidades políticas y personales que la creatividad, penetró mucho y ha llevado a la situación actual. "La apariencia de innovación en la gestión, los toques de management moderno", añade, "no son más que eso, apariencia".
La última huelga general sólo triunfó en EITB dentro del sector público
En esta cuestión hace hincapié también una persona externa a la casa, pero buena conocedora de esa desmotivación "por inercia y por vicios inevitables cuando mandan los mismos 30 años". Hay demasiada gente de plantilla infrautilizada, que nunca ha tenido oportunidad de demostrar su valía.
Conocedor tal vez de este extremo fundamental, Surio se limitó ayer a unas palabras protocolarias y guarda su discurso de intenciones para realizarlo ante la plantilla reunida al completo en cuanto se incorpore a su despacho de director general.
Expectación y curiosidad y cierta dosis de intranquilidad parecen esperar a partes iguales a los nuevos responsables. El equipo que liderará Alberto Surio tendrá que encarar el cambio y la reorientación de una radiotelevisión vasca construida en su nacimiento al servicio de los intereses y del marco de referencias del PNV, y que siempre ha tenido a hombres con carné de ese partido controlando el ente durante sus 26 años de existencia.
La evidencia más clara está en los informes que los batzokis del PNV realizaron en 1982 sobre los aspirantes a los cursos que se dio en Hamburgo a los llamados a poner en marcha la televisión. Esos informes decidieron la selección y también los descartes hechos. Alcaldes del partido llegaron a visitar el domicilio paterno de algunos de los aspirantes a quienes no lograban situar, en busca de información. Fueron unos inicios muy semejantes a los de la Ertzaintza con los escogidos berrocis.
La mediatización política que ha existido históricamente en la radio y la televisión vascas no dejará con todo de ser un reto para el nuevo equipo, que tendrá al frente por primera vez a un profesional independiente, que estará rodeado también por periodistas en los cargos de máxima responsabilidad. Un dato reciente resulta revelador: en EITB sí triunfó la huelga general convocada por ELA y LAB, que fracasó en todos los demás ámbitos de la administración vasca. Ambas centrales hegemonizan sus comités de empresa.
La casa ha ido creciendo hasta reunir cuatro canales de televisión, dos generalistas y dos temáticos, y cuatro emisoras de radio. Su presupuesto se eleva a 171 millones de euros y supone más de la mitad de la dotación del Departamento de Cultura, y cuenta con una plantilla de 930 personas, entre un 15 y un 20% de ellas eventuales.
La empresa, según expertos en televisión consultados, no ha estado mal orientada estratégicamente, tanto en la modernización de los recursos como en su ubicación en el mercado. Las inversiones de calado en sedes y equipos, el salto a la digitalización y la ocupación de canales con destino temático están hechos. Aunque también es cierto, añaden, que el ente ha vivido siempre en la abundancia gracias a una privilegiada financiación, conseguida no tanto desde el Departamento de Cultura cuanto desde la sintonía entre EITB y Hacienda, con la ejecutiva nacional del PNV como intermediaria. Así hasta sumar un presupuesto de 171 millones, inversiones incluidas, pero sin contar en esa cifra la sobrefinanciación procedente de encargos y convenios con los distintos departamentos y sociedades del Gobierno. Muchísimo dinero en comparación con otras televisiones autonómicas de la dimensión de la vasca y que resultará difícil que pueda mantenerse en el futuro en la situación económica actual.
En el Gobierno existe la impresión de que EITB es el punto más "caliente", el más "delicado", del cambio. Más que la Administración, más que la policía, también construidas en sus inicios a la medida del PNV. Los medios públicos de comunicación son algo que conoce, ve y juzga todo el mundo, de modo que la gestión del ente en la nueva etapa va a estar sometida a escrutinio público desde el primer minuto. Cualquier modificación que se haga se quedará corta para unos y se sentirá como una agresión por otros. En palabras de un miembro de consejo de administración de EITB, con la tele, pasa como con el fútbol, todos somos entrenadores.
La intranquilidad, más allá de la que alberguen con causa cierta quienes saben que su etapa ha acabado, nace de la inexperiencia en la gestión empresarial de todos los nombres que se conocen del equipo de Surio. Y esto en un momento de ebullición y acelerada evolución del mundo audiovisual, con Internet y la TDT como nuevas herramientas.
El nuevo equipo se encontrará también con la polémica de la contribución a la producción de cine, encauzada gracias a un acuerdo propugnado hace dos años desde el Parlamento por el PSE para que ETB cumpliera con la obligación legal de dedicarle el 5% de su presupuesto.
Sin embargo, dentro, en el horno de la creación de programas, prácticamente todo está subcontratado con una pléyade de productoras. Unas más del partido que otras, crecidas en la seguridad de que iban a obtener las adjudicaciones y con tres o cuatro de ellas ya institucionalizadas de modo hegemónico en el trabajo para ETB. En este ámbito se entrecruzan el negocio y los intereses en conexiones que Surio y sus colaboradores no conocerán en detalle hasta que desembarquen en la casa, una vez publicado su nombramiento en el Boletín Oficial del País Vasco la semana próxima.
Los sucesivos directores generales han negado siempre esa información a la oposición, tanto en el Parlamento como en el seno del Consejo de Administración del ente. Pero es del dominio público que esas tres o cuatro productoras vienen llevándose la parte del león de los encargos de EITB. Y ahora se lanzan también a la producción de películas. El equipo saliente, del que este periódico no pudo obtener una valoración de su gestión, les deja firmados contratos hasta mediados de 2010. Además, en sus manos está gran parte de la producción y los contenidos de las cadenas.
El ente en datos
- Presupuestos. 171 millones de euros en 2008.
- Plantilla. 930 personas en total; de ellas, entre un 15% y un 20% son eventuales.
- Composición. Tres canales de televisión -ETB 1 y ETB 3 (en euskera) y ETB 2 (en castellano)- y seis emisoras de radio (Euskadi Irratia, Radio Euskadi, Radio Vitoria, EITB Musik y Gaztea). Aparte de sus sedes de Bilbao, Vitoria y San Sebastián, EITB tiene centros informativos en Pamplona y Bayona, y corresponsalías permanentes en Madrid, Barcelona, Bruselas, Pekín, Londres, París y Nueva York.
Audiencias, Las cadenas de televisión de EITB alcanzan una cuota de pantalla conjunta del 18,1% (Sofres). Las cinco emisoras suman 450.000 oyentes diarios (CIES), y la audiencia en Internet asciende a 650.000 usuarios únicos al mes (OJD)
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