Francia y Alemania exigen a Teherán que investigue las irregularidades

Alemania y Francia se pusieron ayer al frente de la exigencia europea ante las sospechas de pucherazo en Irán al convocar a los embajadores iraníes en las respectivas capitales para reclamarles explicaciones. Ambos países fueron mucho más abrasivos que la Unión Europea en su conjunto, que, deseosa de no enconar las relaciones con Teherán, se limitó a pedir a las autoridades iraníes que investiguen las irregularidades electorales denunciadas por distintos candidatos.

Angela Merkel no se mordió la lengua en Berlín: "Hay señales de irregularidades". Su Gobierno convocó al embajador iraní en busca de aclaraciones. "El Gobierno alemán considera que las alegaciones de manipulaciones de votos deben ser examinadas rápidamente por los organismos correspondientes para disipar cualquier duda", señaló un portavoz germano.

El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, adelantó en Luxemburgo que al embajador iraní se le instaría a investigar a fondo las alegaciones de fraude. Kouchner viajó al Gran Ducado para participar en una reunión con sus colegas de los Veintisiete, en la que los ministros no se atrevieron a cuestionar la reelección de Mahmud Ahmadineyad. Es lo que precisamente reclaman algunas personalidades europeas, como el líder de los verdes en la Eurocámara, Daniel Cohn-Bendit, que hoy lo hará en Bruselas acompañado de la cineasta Marjane Satrapi, exiliada iraní y autora del libro gráfico y la película Persépolis.

Los responsables de Exteriores de los Veintisiete "toman nota del resultado anunciado por la Comisión Electoral y también de las preocupaciones sobre el desarrollo de las elecciones manifestadas por varios candidatos", señaló el escueto comunicado que recogía oficialmente la posición de la Unión sobre lo sucedido. "Es una cuestión que las autoridades iraníes deben abordar e investigar". Sin más condiciones ni controles. Es precisamente la ausencia de observadores independientes en las elecciones lo que, según fuentes comunitarias, da vigor a las dudas europeas sobre la credibilidad de los comicios. Ante la falta de mordiente de la reclamación comunitaria, Miguel Ángel Moratinos, ministro español de Exteriores, comentó: "Es la posición que se podía esperar".

Javier Solana, alto representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE y presidente de la delegación de la comunidad internacional que negocia sobre los planes nucleares iraníes, habló de la preocupación que suscitan los incidentes y también del deseo europeo de que los resultados sean un fiel reflejo de la voluntad popular. "Queremos una relación sólida con Irán, no sólo en lo relativo a lo nuclear, sino en otros aspectos importantes para la región", dijo.

En un día con una agenda plagada de cuestiones (Cuba, Guantánamo, referéndum irlandés sobre el Tratado de Lisboa, preparativos para el Consejo Europeo de esta semana), el proceso de paz de Oriente Próximo, eterno quebradero de cabeza para la Unión, se vio realzado por el discurso de Benjamín Netanyahu de la víspera y por la visita de Avigdor Lieberman, su ministro de Exteriores. La UE "celebra el primer paso" dado por Netanyahu hacia una solución del conflicto basada en la existencia de dos Estados, señaló un comunicado.

"Nos congratulamos de que se haya reconocido que la única solución para la paz en Oriente Próximo es la de los dos Estados", subrayó Solana. Solana recordó la exigencia de que Israel deje de crear asentamientos en los territorios ocupados. "Eso creará una nueva dinámica en la región", explicó. Lieberman indicó después que Israel "está dispuesto a hablar con todos, con los palestinos, con Siria y con otros países árabes sin condiciones".