Mercados desbordados de basura

El Mercado Central de Valencia, como su propio nombre indica, está en el corazón de la ciudad. Declarado Bien de Interés Cultural (BIC), a unos metros de la plaza del Ayuntamiento, y a otros tantos de La Lonja y sin embargo, y a pesar de la cantidad de turistas que pasean por sus alrededores a diario, tan sucio cada mañana. Ni este mercado municipal ni los 18 restantes cuenta con un sistema de separación de residuos, lo que provoca que cajas, cartones, plásticos y desechos orgánicos se amontonen, de forma aleatoria, en los alrededores. Según técnicos del consistorio, todavía ni se ha planteado que se vaya a hacer.

A las 11.30 de la mañana, cuando ya lleva cuatro horas abierto, las puertas del Mercado Central desvirtúan el monumento, y lo que se encuentra dentro de éste. A pesar de que hace casi 25 años que se colocaron en la calle los contenedores de vidrio, 16 de los de papel-cartón y 11 de los recipientes para envases, en los mercados municipales solo hay contenedores verdes a rebosar, con todo tipo de residuos.

"Los turistas se paran a hacer fotos a la basura", afirma un comerciante

Según publicó, en mayo, la revista Consumer Eroski, Valencia produce un 3% más de basura por habitante que hace cuatro años y no cumple con el equipamiento mínimo de contenedores de envases exigido por el Plan Nacional Integrado de Residuos Urbanos. Según el estudio, titulado Generamos cada vez más basura y no todas las ciudades lo saben, en el que han participado 18 ciudades españolas, Valencia se queda en 0,60 contenedores de envases cada 300 habitantes, cuando la normativa exige que haya, al menos, uno, y la media es de 1,84. En cuanto al resto de depósitos "la ciudad lo cumple de forma ajustada", ya que tiene 1,03 recipientes de vidrio por cada 500 habitantes -la ley exige que sea uno y la media del estudio es de 1,30- y 1,10 contenedores de papel y cartón -tiene que haber uno como mínimo y la media nacional es de 1,72-.

Para Giuseppe Grezzi, portavoz de Els Verds, la imagen del Mercado Central es "de por sí ofensiva", y añade que "resulta increíble que un recinto público emblemático no tenga recogida selectiva de los residuos". Consuelo Orias, concejal socialista en el Ayuntamiento, afirma que el no tener contenedores de reciclaje en los mercados municipales "no tiene ninguna justificación". La concejalía de Medio Ambiente, en cambio, dice que el reciclaje en los mercados locales, no es de su competencia.

Otros que también están preocupados por el estado que presenta por las mañanas el Mercado Central -la basura no la recogen hasta las tres de la tarde- son los propios vendedores y los comerciantes de las inmediaciones. Para Merche Gargallo, de la charcutería Martínez-Gargallo, "es un problema, ya que damos muy mala imagen". Julián Martínez, de la relojería Sánchez, situada justo enfrente, opina que el mercado está hecho "una porquería" y afirma que hasta "los turistas se paran a hacer fotos a la basura". "Claro que nos afecta en las ventas", manifiesta Maika, de Souvenirs Vendrell.

Además de a estos, a Vicente Gimeno, presidente del Mercado Central, la basura que se amontona en las puertas del edificio que regenta, también le parece de vergüenza y asegura que ya se ha quejado al consistorio. "Me parece perfecto el sistema de separación, la Administración tiene que poner los medios".

En los mercados de El Cabanyal y de Russafa, aunque visiblemente más limpios, ocurre lo mismo. Los responsables de ambos centros, que cuentan con contenedores verdes, una compactadora y un depósito para el aceite usado, afirman que no estaría de más disponer de depósitos que permitieran el reciclaje. "Por iniciativa nuestra separamos los residuos y los echamos en los contenedores que tenemos cerca, aunque son los del barrio", explica Pascual Alcañiz, encargado del mercado de El Cabanyal desde hace 14 años.