Miles de voces por la Escuela Pública

Varios miles de personas participaron ayer en Bergara en la fiesta de la Escuela Pública vasca, la más mestiza e intercultural de los últimos años. "Ha sido un reflejo de la convivencia intercultural de nuestros centros educativos, con el euskera como centro de la jornada", aseguró Imanol Zubizarreta, responsable en Guipúzcoa de la Confederación de Padres y Madres de la Escuela Pública Vasca (Ehige), que representa a más 500 asociaciones de familiares y a alrededor de 150.000 alumnos de la red pública. Fue una fiesta lúdica, pero a la vez reivindicativa.

Los organizadores reclamaron que la escuela pública sea "el referente y el eje vertebrador del sistema educativo" del País Vasco, explicó Zubizarreta. A Bergara asistió Isabel Celaá, una asidua de estas celebraciones, aunque esta vez acudió como máxima representante del Departamento de Educación y en compañía de sus más cercanos colaboradores en la consejería. También estuvieron presentes su antecesor en el cargo, Tontxu Campos; el rector de la UPV, Iñaki Goirizelaia, responsables políticos de todo el espectro parlamentario, además de representantes sindicales y del mundo de la cultura y el euskera.

"Ha sido un reflejo de la convivencia intercultural de nuestros centros"

En el transcurso de la jornada, Celaá anunció la puesta en marcha de un plan estratégico para la enseñanza pública que garantice las inversiones en un servicio que es "irrenunciable para la sociedad".

Una suelta de palomas dio inicio a la celebración organizada por la escuela San Martín de Bergara bajo el lema Obatu ("¡Engánchate!"). El recorrido estaba dividido en ocho áreas con diversas actividades para niños y mayores. "Padres de familia, alumnos y la comunidad educativa han disfrutado de un ambiente fenomenal. Y el tiempo ha acompañado", señaló Zubizarreta.

Esta decimoctava edición de la fiesta estuvo centrada en la interculturalidad, como muestra de la variada procedencia de los alumnos de la red pública. En el paseo Bideberri se instaló una gran carpa con gastronomía y productos típicos de países como Marruecos, Senegal, Paraguay, Chile, Rusia, Rumania o Bulgaria, para lo cual contaron con la colaboración de asociaciones de inmigrantes. Grupos de música de Colombia, Senegal y Chile, actuaciones de folklore vasco, bandas de txistularis y de trikitixa amenizaron todo el día las calles de la localidad guipuzcoana. Hubo talleres de hip-hop, graffiti, scratch y break dance, además de un festival de bertsos a ritmo de hip-hop.

El programa se cumplió según lo previsto, aseguraron los organizadores. El año que viene le tocará el turno a un municipio alavés aún por determinar.