El PSOE aguanta el tirón de la crisis

El PSOE de Andalucía volvió a ganar ayer una nueva convocatoria electoral, en unas circunstancias económicas durísimas y con una tasa de paro del 24,04%. Además, las elecciones al Parlamento europeo celebradas el domingo eran la primeras sin Manuel Chaves al frente de la Junta de Andalucía, quien dimitió hace mes y medio por su nombramiento como vicepresidente tercero del Gobierno de Zapatero.

El PSOE ganó en el conjunto de la comunidad por ocho puntos, frente a los 18 puntos de ventaja que obtuvo sobre el Partido Popular en 2004, su principal competidor. Con el 1001% escrutado, la candidatura del PSOE sacó 1.250.208 votos, el 47,92%, mientras que el PP sumó 1.038.656 papeletas, el 39,81%. Respecto a las comicios de hace cinco años, los socialistas bajaron 6,4 puntos, mientras los populares subieron cuatro.

El PSOE bajó en apoyos en todas las provincias de la comunidad

La participación fue del 42%, un punto más que en las europeas de 2004

El PP recorta dos puntos a los socialistas respecto a las autonómicas

Arenas siguió el resultado electoral en la sede central del PP en Madrid

Para Griñán han sido las primeras elecciones como líder socialista

Sin embargo, la distancia entre los dos principales partidos se recorta si se tienen en cuenta los resultados de las elecciones autonómicas de marzo de 2008, en las que el PSOE (48,93%) ganó por 10 puntos del PP (38,87%). En los cálculos de los socialistas, la previsión de perder las elecciones europeas en Andalucía no figuraba en ningún papel.

El PSOE andaluz no ha contado con datos propios en esta campaña y las encuestas que tenía eran las que les proporcionaba la dirección federal. En las estimaciones de resultados, el PSOE se movía entre dos horquillas: la más pesimista situaba la diferencia con el PP en torno a los 4,5 puntos y la más optimista, en los 8,5 puntos. El resultado final se ha ajustado más a esta última hipótesis.

Izquierda Unida se mantiene como la tercera fuerza más votada en Andalucía, al obtener el 5,23% de los votos (136.330), un resultado similar al de las elecciones de 2004. Para el Partido Andalucista estas elecciones son muy amargas y certifica su proceso de deterioro. Deja de ser la cuarta formación, lugar que ocupa UPyD, el partido de Rosa Díez, que obtuvo 66.473 sufragios, el 2,55%. Los andalucistas, que pierden casi 40.000 votos, se quedan con el 1% (26.353 votos) y son quinta fuerza en todas las provincias.

La participación en las elecciones al Parlamento europeo en la comunidad fue del 42,41%, algo mayor a la registrada en 2004, que alcanzó el 40,88%. Sin embargo, el desinterés por la elección de los representantes españoles en el Parlamento de Estrasburgo fue mayoritaria. Más de la mitad de los 6,3 millones de electores con derecho al voto se quedó en su casa. El temor de los partidos era que, al final, la abstención superara la del referéndum del Estatuto de Autonomía del 18 de febrero de 2007. En esa ocasión, sólo fue a votar el 35,8% del censo.

Los populares obtuvieron sus mejores resultados en Almería y Málaga, donde superaron por primera vez en votos a los socialistas. Esta tendencia ya se manifestó en las pasados comicios al Parlamento andaluz, donde fueron la fuerza más votada. El PP subió también en el resto de las provincias, mientras que el PSOE bajó en las ocho.

En los municipios de la Costa del Sol, donde se concentra el 80% de la población de la provincia de Málaga, el PP ha reforzado su hegemonía y ha ganado en los municipios cuyas alcaldías conservan los socialistas. Los populares han ganado en todos los municipios excepto en Casares, Algarrobo y Torrox, los tres más pequeños del litoral. En Estepona, donde hace un año se desarrolló la Operación Astapa, que terminó con el arresto del entonces alcalde socialista, Antonio Barrientos, sustituido por su compañero de partido David Valadez, el PP ha sacado diez puntos más que el PSOE. En la otra localidad de la costa occidental gobernada por el PSOE, Mijas, el PP logra la mayoría con una distancia de un punto. En otros feudos conservadores, como Torremolinos o Fuengirola, la distancia se eleva a 20 puntos. En Málaga capital la diferencia es de cinco puntos a favor del PP. En la costa oriental, en Rincón de la Victoria, municipio gobernado por una coalición de socialistas e independientes, el PP se dispara hasta los nueve puntos de diferencia, y en Vélez-Málaga, municipio en el que el PSOE arrebató la alcaldía al PP tras una moción de censura, los populares obtienen 3,5 puntos más.

Para José Antonio Griñán ha sido su primera campaña como presidente de la Junta y principal referente socialista tras la marcha de Chaves. "El Gobierno andaluz ha aguantado muy bien el envite de la crisis", aseguraron ayer fuentes socialistas sobre los resultados.La intensa campaña del PP sobre el pavoroso aumento del desempleo en plena crisis mundial y el supuesto despilfarro de la Junta -así como la corrupción del PSOE, cuyo exponente máximo ha sido el incentivo concedido por la Administración autonómica a la multinacional donde trabaja la hija de Manuel Chaves- apenas han hecho mella en los resultados electorales.

Javier Arenas, por lo tanto, no ha logrado sacar la ventaja que esperaba sobre su adversario José Antonio Griñán, con quien se ha medido por primera vez, aunque indirectamente, en las urnas. Parte de la campaña del popular se ha apoyado en que estas elecciones eran la prueba de fuego del nuevo presidente de la Junta frente a él, ya que su llegada al poder no ha sido a través de sufragio universal, sino por la elección del Parlamento andaluz. Griñán le ha ganado, por menos que lo hizo Manuel Chaves en 2004 y en 2008, pero el principal argumento de ataque de los socialistas a Arenas sigue vivo.

Los populares han hecho lo que se puede denominar una campaña integral: elecciones municipales, autonómicas y generales. Europa, precisamente, ha estado en un segundo término. En cada acto, los candidatos locales (los comicios más cercanos) han brillado con especial intensidad, seguido de la situación en el conjunto de España. En su doble papel de dirigente nacional y andaluz, Arenas ha estado muy pendiente de Madrid. De hecho, el escrutinio de los votos lo siguió desde la sede de central de Génova, donde se preveía el triunfo.

Izquierda Unida mantiene los dos escaños que tenía en el Parlamento europeo, cuyo cabeza de lista es el andaluz Willy Meyer, y pese a que baja en voto en términos generales en toda España, en Andalucía sube. Es la primera vez en 15 años que la coalición aumenta votos en una cita electoral. En las pasadas europeas perdió porcentualmente la mitad de los sufragios (del 10,7% al 5%) y en números absolutos 273.000 votos. Ahora aumenta apenas un par de décimas: del 5.05% al 5,23%, pero simbólicamente es un gran salto, ya que quiebra la insistente tendencia bajista.

Si se compara con las autonómicas de hace poco más de un año, IU desciende dos puntos (alcanzó el 7,13%), aunque, tradicionalmente, la formación siempre ha conseguido mejores datos en los comicios andaluces que en los europeos, y en las municipales, mejores que los autonómicos.

El Partido Andalucista (PA) ha vuelto a quedarse fuera, y lo que es peor, detrás del partido de Rosa Díez, UPyD. En las pasadas elecciones, el entonces presidente del PA, Alejandro Rojas-Marcos, se dio un batacazo y no salió electo. Fue un duro golpe, y el preludio de lo que ocurrió en las municipales y, finalmente, en las autonómicas de 2008, en las que por primera vez en su historia se convirtió en una formación extraparlamentaria. Sin soporte institucional, el PA ha sido incapaz de remontar y ha sufrido una enorme sangría de votos hasta situarse a la mitad mitad (de 63.783 a 26.353 votos), un 1%.

La carrera vertiginosa hacia el vacío de los andalucistas se confirma en este escalón electoral a cotas desconocidas, aún más si se tiene en cuenta que se presentaba agrupado en Coalición por Europa para rentabilizar que en estos comicios rige la circunscripción única. Para mayor escarnio, UPyD adquiere la condición de cuarta fuerza política en Andalucía, con más del doble de votos y un porcentaje del 2,55%.