"Necesitamos una Europa mucho más coordinada"
Javier Solana Madariaga (Madrid, 1942), físico y diplomático, lleva las riendas de la política exterior de la Unión Europea desde 1999, tras cinco años al frente de la OTAN. Antes fue un puntal clave en los gobiernos socialistas de Felipe González, desde 1982. Solana ha vivido de primera mano los principales conflictos internacionales durante los últimos 15 años, un periodo en el que Europa ha ido ganando protagonismo como actor y, sobre todo, mediador en los contenciosos más dramáticos. En la entrevista, Solana apunta cómo el ideal europeo de crear un espacio de paz y concertación "ya no es un sueño sino una necesidad". "Hoy", asegura, "no hay más que soluciones globales, ni el Estado más grande puede resolver los problemas bajo ningún concepto". Sostiene que "vamos hacia una distribución de poderes e influencia en el mundo muy distinta". Con esta perspectiva, insinúa con prudencia que la experiencia europea puede ser "el embrión de una futura unidad política entre países".
"Sería ridículo abandonar la Eurocámara en manos de partidos escépticos y antieuropeos"
"El discurso de Obama en El Cairo llena de satisfacción a los europeos que hemos estado en esa línea"
Pregunta. Los ciudadanos consideran que Europa ha hecho menos de lo que debería para resolver la actual crisis.
Respuesta. Hay que hacer lo posible para salir de la crisis, pero en el camino hay que preparar el futuro para que una crisis como ésta, fruto de la falta de responsabilidad, no se vuelva a repetir. Yo creo que eso es lo que tiene que hacer cualquier gobierno o institución responsable. Europa es varias cosas, Europa es la UE, pero también los Estados miembros y las instituciones, cada uno con sus respectivas competencias y capacidades. Las ayudas acordadas en Europa en su conjunto suponen una cifra muy parecida a la de Estados Unidos. La gran obligación es tener una Europa mucho más coordinada. Nos falta, sobre todo en tiempos de crisis, una política económica. Puesto que no la tenemos, sí se puede avanzar hacia un consenso que permita hacer frente a las adversas circunstancias.
P. Usted se reúne frecuentemente con los líderes de las principales potencias del mundo. ¿Cómo ven la Unión Europea desde fuera?
R. La UE se ve con un enorme atractivo desde la comunidad internacional. Acabo de reunirme con el presidente de Rusia, el primer ministro de China, el vicepresidente de Estados Unidos... hemos hablado de todo, pero sobre todo de la importancia que está adquiriendo la Unión Europea.
P. ¿Por qué ese interés?
R. Estamos en una crisis muy difícil, no como consecuencia de la destrucción del aparato productivo por una guerra o una gran catástrofe natural, sino por la irresponsabilidad, la falta de seguridad y la falta de gobierno mundial. Es una crisis global que debemos salvar con respuestas globales ofrecidas por gobiernos o instituciones de carácter global. Y todo el mundo ve la UE como un gran embrión de una unidad política entre países regida por leyes, como un laboratorio extraordinario donde todas esas cosas se pueden ver y analizar. Tenemos una moneda única. Imagínense por un momento lo que sería esta crisis con devaluaciones competitivas entre Francia e Inglaterra o Francia y España.
P. ¿La crisis ha fortalecido el euro?
R. Hace unos días, el presidente ruso me dijo claramente que estaba encantado de que existiera el euro. Poco antes, el primer ministro chino había dicho exactamente lo mismo. Europa es deseada, hay demanda de más Europa y no sólo entre los ciudadanos europeos. De esta crisis vamos a salir y lo haremos siendo distintos. Desde el punto de vista económico, con unas relaciones probablemente distintas entre Estado y mercado. Aparecerán nuevos paradigmas con distribuciones del poder y de las responsabilidades completamente distintas. El G-20 es un principio de lo que va a ser.
P. Estamos en momentos electorales y parece que no hay mucho interés por las urnas.
R. En el mundo globalizado de hoy, pero con crisis aún más, hay que subrayar la importancia que tienen instituciones como la UE. Sería peor que ridículo que un Parlamento que va a tener las mayores competencias de su historia, que va a tener voz y voto en todas las cuestiones fundamentales, lo acabáramos abandonando, por dejadez, en manos de esos partidos que estoy viendo en varios países con nombres en contra de la UE y a favor del euroescepticismo.
P. ¿Quién es responsable de esa dejadez?
R. Algo estamos haciendo mal cuando la gente no se preocupa por algo que le va a afectar tanto. No se explica claramente al ciudadano lo que significa la UE. Eso lo tienen que hacer los gobiernos. Por ejemplo, se oye muy poco que tal o cual autopista se ha hecho con fondos comunitarios. No se le reconocen a la UE las cosas buenas que hace, que se apuntan los gobiernos. Y al contrario. No puedes pedir que haya afecto por esas instituciones con esa desafección cotidiana expresada desde los más altos niveles por muchos dirigentes.
P. Muchos observadores señalan que los países no envían al Parlamento a sus mejores efectivos: hay jóvenes inexpertos, políticos en retirada, derrotados en elecciones.
R. En este mundo, cada vez más complejo y multicultural, no me parece mal que tengamos gente joven y que haya otros con experiencia. Lo que me parece mal es que haya gente que no valga. Quiero gente que valga, inteligente, que venga a trabajar y crea en lo que está haciendo. En el mundo globalizado y de creciente interdependencia al que vamos, más vale tener instituciones eficaces, con gente inteligente y capaz en la que podamos confiar.
P. ¿Está el mundo encandilado con el carisma de Obama?
R. Obama es inteligentísimo... No diría que el carisma sea lo primero en él. Es una persona inteligente, fría, con una extraordinaria capacidad de razonamiento, con una rapidez intelectual fantástica y con un don de comunicación fenomenal. Creo que por ese orden.
P. ¿Qué pensó cuando le oyó decir en Praga que quería acabar con las armas nucleares? Ésa es una idea que usted lleva tiempo propugnando en nombre de la UE.
R. Ya teníamos información de lo que iba a decir. Hizo un discurso que me es muy querido. Yo llevo años insistiendo en la necesidad e importancia del desarme nuclear. Obama estuvo con el ministro de Exteriores ruso, y ambos acordaron moverse en esa dirección. Después, en su discurso, dijo que le gustaría vivir en un mundo de desarme nuclear, aunque quizá no lo llegue a ver, pero va a trabajar por ello. Y va a hacerlo con quienes más pueden ayudarle a conseguirlo, con los rusos. Entre los dos tienen el 80%-90% de las armas nucleares en el mundo. Recordó que el compromiso no sólo prohíbe la proliferación a los que no tienen armas, sino a desarmar a los que las tienen. Presentó un paquete movilizador, para mí, de lo más entusiasmante ante el siglo XXI. Yo voy a seguir trabajando en ello.
P. Justo en estos días estamos asistiendo a las acciones contrarias por parte de Corea del Norte.
R. Se equivocan. La mayor parte del mundo va en dirección contraria, está a favor de que desaparezcan las armas nucleares y contra la proliferación. Es uno de los retos más importantes que tenemos. Los tres grandes desafíos horizontales a que nos enfrentamos son el cambio climático, el desarme nuclear y el hambre. Condené el ensayo nuclear de Corea del Norte porque no va en el sentido de la historia. La única reflexión que uno podría hacerse es que se puede ser rico o se puede ser pobre, pero cuesta mucho ser irrelevante. Hay muchos países que creen que para vencer la irrelevancia necesitan hacer mucho ruido.
P. ¿Irán quiere hacer mucho ruido?
R. Lo dicho sobre Corea del Norte también se puede aplicar a Irán. Pero si a Irán se le dan las garantías que se le han dado para un programa nuclear pacífico, creo que se podrá llegar a un acuerdo. Irán tiene una propuesta, que Obama ha ratificado, explicada al milímetro. Obama lo ha hecho muy bien. Pronunció un discurso el día de año nuevo iraní muy medido, donde estaban todas las palabras que tenían que estar, para dar confianza, mostrar respeto en la esfera internacional hacia el país. A partir de aquel día, los iraníes saben que en todas las reuniones donde se negocie la cuestión nuclear habrá una representación estadounidense, que no había antes. Durante todo el mandato de Bush sólo en una ocasión tuvimos la compañía americana, aunque se apoyaba desde fuera.
P. ¿Por qué cree que se podrá llegar a un acuerdo con Teherán?
R. Creo conocer a los iraníes, lo cual no es fácil. Es un pueblo con una larga historia que no hace mucho se ha visto engañado por la comunidad internacional, hacia la que siente una profunda desconfianza. En la guerra Irak-Irán, donde hubo millones de muertos, las grandes potencias ayudamos a Irak frente a Irán. Conociendo a los iraníes, creo que van a evolucionar en la buena dirección y empezarán a hacerlo tras las elecciones del próximo día 12.
P. Obama parece que encuentra más dificultades de las previstas para cerrar Guantánamo y los europeos tienen problemas para acoger presos.
R. Que en Guantánamo tiene un problema es sabido. Cuando Obama era presidente electo tomó contacto con nosotros y nos dijo: "Yo quiero ir por aquí. Vosotros también queréis ir por aquí. Voy a necesitar ayuda". Ya sabía que iba a encontrar dificultades. Pero está haciendo el esfuerzo y lo seguirá haciendo. Nosotros le vamos a ayudar a cerrar Guantánamo. Se ha dado un año para hacerlo y creo que lo resolverá. Se encontrarán fórmulas, y aunque Obama tendrá dificultades, lo importante es su gran voluntad para resolver el problema.
P. Europa tampoco ha brillado por el respeto a los derechos humanos en todo lo relacionado con Guantánamo, permitiendo vuelos clandestinos.
R. Es posible. Pero nadie en Europa ha tomado iniciativas. Es verdad que ha habido seguidismo en cuestiones de derechos humanos alrededor del 11-S. Creo que no debería repetirse. Hemos aprendido mucho de experiencias que eran muy nuevas. La experiencia del 11-S no tenía precedentes.
P. ¿Podrá Obama resolver el conflicto israelí-palestino?
R. En el proceso de paz de Oriente Medio se han dado varias circunstancias a la vez, incluidas la tragedia de Gaza y las elecciones en Israel. La UE y Estados Unidos, representado por Obama, tienen voluntad de mantener un proceso de negociación hacia la creación de dos Estados, juntos. Va a seguir habiendo sintonía total entre Estados Unidos y la Unión para que en este 2009 comience de nuevo a moverse el proceso de paz. Obama ha dicho que no debe tolerarse a Israel ninguna decisión que ponga en dificultades la idea de los dos Estados; por ejemplo, los asentamientos. Con esto se ha alineado con Europa. El discurso de El Cairo ha sido extraordinario. Estamos convencidos de que significa una página nueva para Oriente Medio. Y a los europeos que hemos estado en esa línea de pensamiento y acción durante mucho tiempo nos llena de satisfacción.
P. ¿Cómo va a responder la UE en Afganistán y Pakistán?
P. Es el otro gravísimo problema. En Afganistán vamos a ayudar en tres áreas: institucional, con creación de una policía propia y órganos de justicia, característicos de un país democrático; desarrollo económico y cooperación regional. Afganistán no tendrá solución si no hay cooperación con otros países de la región, entre ellos, el crucialmente importante Pakistán, con una difuminada frontera común que brinda escondrijo a las personalidades más complejas del terrorismo mundial. Todos los países de Asia Central tienen gran importancia para Afganistán, incluido Irán. A la reunión de La Haya sobre Afganistán acudió Hillary Clinton y también un representante iraní. Es una señal más a Irán de que puede participar y se puede ir incorporando a la escena internacional.
P. ¿La ayuda al desarrollo será la gran sacrificada por la crisis económica global?
R. Hay que seguir ayudando al desarrollo. La crisis no debe hacernos olvidar que hay graves problemas de pobreza, que sigue creciendo. En 2025 o 2030, la pirámide demográfica de África será completamente contraria a la de Europa, con la mitad de la población integrada por menores de 18 años, sin perspectiva de futuro, dispuestos a saltar hacia el norte. Desde el punto de vista humano o aunque sea por egoísmo, hay que trabajar por el desarrollo de África.
P. La Unión por el Mediterráneo también se ha concebido como una palanca de ayuda al desarrollo de la orilla sur, pero la iniciativa está paralizada.
R. Se ha visto negativamente afectada por la tragedia de Gaza. Además de fijar la secretaría general en Barcelona, se hizo un gran esfuerzo con la oferta de sendas vicesecretarías generales a un israelí y a un palestino. La guerra de Gaza lo hizo saltar todo. De momento, no hay posibilidad de ir juntos. Se va a tratar de convocar una reunión, incluso antes de la presidencia española. Va a ser un avance lento y con grandes dificultades.
P. ¿Por qué se pone nerviosa Rusia con la Asociación Oriental de la UE?
R. La asociación no va contra nadie, sino a favor de estos países a los que hay que ayudar, como hemos hecho con Ucrania. Yo he hecho una cosa que nunca pensé que haría en mi vida, que es hablar con el Fondo Monetario Internacional para que ayudara a Bielorrusia. Eso permitió a Lukashenko decir a Rusia que Occidente también le apoya, que puede jugar a dos cartas también. Eso forma parte de lo que vamos a ver en el siglo XXI. Estados Unidos está escuchando, que no era lo que solía hacer. Estamos ante un mundo plural, globalizado, con problemas que no se podrán resolver si no se globaliza la política.
P. ¿No vamos hacia un G-2, con China y Estados Unidos?
R. China no quiere hablar de eso. No quieren, porque no quieren ser tomados como país rico. En una reciente reunión con el primer ministro chino, me dijo que eso no sería bueno para el mundo multilateral; que China sigue siendo un país emergente, aunque no se le considere así en algunos casos. Pekín no quiere que el dólar sea la única moneda de referencia y desea que el euro también lo sea. Y hay que tener en cuenta que India puede superar en población pronto a China.
P. ¿Le haría ilusión desempeñar el puesto de alto representante de la UE con los nuevos poderes que dará el Tratado de Lisboa?
R. Me hubiera gustado tenerlos en 2004, hubiera sido mucho más útil.
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