Euforia sin causa
La modesta caída del paro registrado en mayo no basta para anunciar un cambio de tendencia
El descenso del paro registrado en 24.741 personas durante el mes de mayo y el aumento del número de afiliados a la Seguridad Social en 69.304 han desatado la euforia en el Gobierno y el PSOE y la incredulidad reticente en el PP, demasiado próxima a la deslegitimación estadística que practicó ayer Jaime Mayor Oreja, cuando afirmó que "más allá del análisis del dato de paro les recuerdo que los socialistas, al final, siempre cuentan una mentira".
Si lo que pretende el candidato del PP en las elecciones del domingo es combatir los excesos optimistas de las cuentas del paro que ha hecho el PSOE, está en su derecho; sobre todo si presenta argumentos más sólidos que las meras sugerencias que expuso ayer. Pero si lo que quiere es acusar al Gobierno de manipulación estadística, debería presentar pruebas si no quiere dar muestras de irresponsabilidad. La maquinaria del INEM ha funcionado sin sombras de duda durante muchas legislaturas, algunas de ellas gobernadas por el PP.
A pesar de que la evolución de la economía desde 2007 ha dictado severas lecciones de discreción y cautela, cuyo olvido ha llevado al Gobierno a la erosión de su credibilidad, ha bastado un buen dato laboral para que desde el Ejecutivo ya se sugiera el "principio del fin de la crisis", como ha hecho el ministro de Industria, Miguel Sebastián. Deseoso de confirmar la imprecisa metáfora de los brotes verdes, el equipo económico interpreta una estadística modesta y parcial como si fuera la tierra prometida de la reactivación.
Es una inconsecuencia, como hizo ayer también el presidente del Gobierno, reclamar prudencia ante la caída del paro en mayo y, a renglón seguido, dar casi por hecho un cambio de tendencia en la actividad económica. Para que pueda insinuarse ese cambio de tendencia es necesario que el paro baje al menos durante los próximos dos meses, con el fin de depurar los efectos estacionales o aleatorios. Y donde debe certificarse el giro del empleo es en la Encuesta de Población Activa (EPA), que es la estadística homologada que permite la comparación histórica de ocupados y parados y la relación con el resto de países europeos.
No obstante, la caída del paro es una buena noticia y confirma que las medidas de estímulo, plasmadas en el Fondo Estatal de Inversión Local, pueden frenar moderadamente el crecimiento intenso del desempleo. También es una inconsecuencia, y en ella han caído algunos economistas próximos al PP, despreciar el buen resultado de mayo porque se deba en parte a los planes de estímulo de Zapatero: para eso se aprobaron y aplicaron.
Desgraciadamente, el dato de mayo no basta para modificar las predicciones sobre la economía española: la recesión será duradera y tan sólo empezará a crearse empleo neto cuando el PIB crezca en tasa anual por encima del 2,5%; tal cosa no sucederá probablemente hasta 2011. Mientras tanto, la economía española tendrá que soportar un paro elevado y los costes sociales que ello implica.
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