"No hay fórmulas alternativas a una mesa con todos los agentes"
Gemma Zabaleta tiene ante sí como consejera de Empleo y Asuntos Sociales el reto de lidiar con una crisis que está duplicando la tasa de paro y unos sindicatos nacioanlistas instalados en una dinámica de enfrentameinto. En tal situación, la calidad de las coberturas sociales cobra un valor doble.
Pregunta. Le toca bailar con el área laboral en plena crisis económica. ¿Cómo afronta esta nueva etapa?
Respuesta. Debemos tener claro un campo de juego, unas reglas y procedimientos que sean transparentes. Lo que he transmitido a los agentes sociales es que, más allá de los acuerdos, vamos a practicar el juego limpio, la claridad y la verdad.
P. ¿Lo cree factible cuando los agentes sociales se encuentran tan divididos?
"La mayoría de los trabajadores entendieron que no era útil la huelga general"
"Si alguien se autoexcluye de la mesa de diálogo social será su responsabilidad"
"Nos jugamos el futuro de Euskadi. O ganamos todos o perdemos todos.
"Hay que buscar incentivos para garantizar la estabilidad laboral y reducir la siniestralidad"
"Puede haber incertidumbre, pero no fallará la protección social en Euskadi"
"Entre acreditar la necesidad y el cobro de la prestación no puede pasar más de un mes"
R. Esto no es una batalla de unos contra otros, entre empresarios y trabajadores. Tenemos que mejorar la situación entre todos. Nos jugamos el futuro de Euskadi. O ganamos todos o perdemos todos. Vamos a poner en marcha este tren en un momento muy delicado para el empleo. Es responsabilidad de todos.
P. ¿Cabe la posibilidad de una relación bilateral ELA-Gobierno paralela a la mesa de diálogo con los demás agentes?
R. Es el momento de escuchar a todos. La mesa de dialogo social tendrá diferentes mesas sectoriales, pero no está establecida ninguna otra formula alternativa a ésa. Si alguien se autoexcluye de la mesa será su responsabilidad.
P. Apenas quince días en el cargo y vivieron la primera huelga general ¿Cómo lo analiza?
R. Respeto el derecho a la huelga, pero no comparto el fundamento, esa apelación genérica al cambio de modelo socioeconómico. Convocar a la huelga cuando estamos apelando a sentarnos en la mesa no resulta útil. Así lo han entendido la mayoría de los trabajadores que no la secundaron.
P. ¿La única vía para hacer viables los organismos de diálogo social como el CRL y el CES pasa por modificar la ley?
R. Debemos ser prudentes. Hay una historia de cierto fracaso de estos órganos. Lo que voy a hacer es reunirme con los presidentes del CRL y del CES para intercambiar opiniones sobre su situacion. Las cosas deben cambiar. Por un cambio legislativo o por los modos y actitudes. Si no es posible de la segunda manera acudiría al Parlamento y adoptaría una decisión.
P. ¿Existe ya un índice de transferencias y un calendario?
R. La salida para las políticas activas de empleo se dio en la reunión de la semana pasada con el vicepresidente del Gobierno encargado de la política territorial, Manuel Chaves. Y el punto de llegada es el 31 de diciembre de este año. Vamos a diseñar el sistema vasco de empleo para que sea un servicio eficaz e innovador. Y acometeremos la transferencia con respeto a los acuerdos alcanzados en el Parlamento vasco, en defensa del Concierto Económico y de los intereses de Euskadi, pero siempre desde el acuerdo y desde el respeto a las leyes existentes.
P. ¿Reclamará la Inspección de Trabajo?
R. Nos plantearemos la transferencia, pero lo prioritario son las políticas activas.
P. ¿Existen instrumentos para influir en la patronal y minimizar la temporalidad?
R. Hay que buscar incentivos para garantizar la estabilidad laboral y para reducir la siniestralidad. Al igual que combatimos todos la violencia machista, todos debemos defender la vida en el puesto de trabajo.
P. ¿Qué va a cambiar este Gobierno respecto a los expedientes de regulación de empleo?
R. Es fundamental que las empresas preparen planes formativos a la carta para los empleados que incluyen en un expediente. De los 27.000 afectados, sólo 300 se acogieron al plan del anterior Gobierno.
P. ¿Esos planes resultarán imprescindible para autorizar un expediente sin pactar?
R. Hay que estudiar en profundidad cada caso, pero hay que hacer un esfuerzo por mejorar la oferta formativa y tomar conciencia de que si no obligatorio, sí es necesario.
P. ¿El sistema de protección social aguantará la coyuntura?
R. Sí. La protección social es una prioridad de primer orden para este Gobierno. Hemos aprobado 20 millones de euros para las AES en la actual situación de recorte presupuestario. Puede haber incertidumbre, pero no fallará la protección social en Euskadi. No vamos a ser cicateros ni a buscar subterfugios de la ley para dar menos.
P. ¿Los perceptores de la renta básica tienen conciencia de que deben de formarse, o el sistema no les apremia lo suficiente?
R. El mensaje que quiero lanzar es positivo. La Ley de Garantía de Ingresos es de doble derecho: a una prestación y a la inclusión laboral. Hasta ahora no se han posibilitado los mecanismos suficientes para que la empleabilidad sea un éxito. El problema es que cuando son los servicios sociales la puerta de entrada las posibilidades de inserción son complicadas, porque la empleabilidad debe correr a cargo del servicio de empleo. Vamos a engranar esos dos servicios.
P. Euskadi tiene tres velocidades, la de cada una de las provincias, a la hora de aplicar la ley de Dependencia y los servicios sociales. ¿Hasta cuándo?
R. Hay desfases importantes, porque no ha existido hasta ahora una puesta en común sobre las normativas para desarrollar esas leyes. Con la creación del órgano interinstitucional para los servicios sociales vamos a tener normativas consensuadas y únicas sobre la aplicación del catálogo o de la cartera de servicios que igualarán los derechos.
P. ¿Va a agilizar el cobro de las prestaciones?
R. Entre la acreditación de la necesidad y el cobro de la prestación no debiera de pasar más de un mes. La burocracia no puede ser un freno en este tema.
Gemma Zabaleta
Catedrática de instituto, Gemma Zabaleta (San Sebastián, 1956), ha transitado más de 20 años por la política vasca y española. En 1988, fue directora en el Gobierno de Ardanza, y del 1991 a 1993 trabajó en la Diputación de Guipúzcoa, de donde pasó al Senado. En 1998 entró en el Parlamento vasco y en 2001 encabezó una alternativa a la batalla entre Carlos Totorika y Patxi López por el liderazgo del PSE.
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