La policía de Venezuela retiene a Vargas Llosa durante 90 minutos
El escritor asegura que ve muy amenazada la libertad en el país
Pese a las amenazas del Gobierno venezolano de expulsarlo del país, el escritor Mario Vargas Llosa pudo ayer inaugurar en Caracas un foro internacional sobre democracia y libertades convocado por una Organización No Gubernamental venezolana que promueve el liberalismo económico. En la víspera, sin embargo, tan pronto superó la aduana del Aeropuerto Internacional de Maiquetía, Vargas Llosa fue retenido noventa minutos por agentes de seguridad del Estado quienes le advirtieron de que, por su condición de extranjero, no le estaba permitido hacer declaraciones políticas.
Otros invitados al foro recibieron un tratamiento similar o peor: su hijo, Álvaro Vargas Llosa, tuvo la misma bienvenida, al ser retenido dos horas el pasado lunes. Y al político dominicano Víctor Bisonó le fue prohibido ingresar al país. Ya el ministro de Interior y Justicia, Tareck el Aisammi, lo había advertido: estos intelectuales, dijo, "vienen a provocar, a ofender nuestras instituciones, a tratar de faltar el respeto al presidente, cosa que nos vamos a permitir".
Los agentes exigen al novelista que no haga declaraciones políticas
Para Vargas Llosa, el solo hecho de que le haya sido posible ofrecer esta conferencia en Caracas es indicativo de que en Venezuela "hay espacios de libertad que todavía están allí" y que hay que aprovechar "si no queremos que Venezuela deje de ser una sociedad democrática y se convierta en una dictadura comunista, que es adonde iría este país si este proceso continúa". La política económica del modelo socialista que desea imponer el presidente Chávez es, quizás, uno de los aspectos que más preocupa al escritor: "Veo muy amenazada a la libertad en Venezuela. Hay una retórica que me recuerda mucho a la que privó en Perú en los años de la dictadura militar del general Velasco Alvarado. Incluso he visto hablar de propiedad social, en lugar de propiedad privada. (...) Espero que semejante patraña no prenda entre los venezolanos".
Justo frente al hotel donde Vargas Llosa ofrecía su conferencia, en la Plaza Altamira de Caracas, el ministro de Cultura de Venezuela, Héctor Soto -acompañado del ministro de Cultura de Cuba y de un grupo de intelectuales afines a la revolución- montó un plató de televisión y una carpa para procesar inscripciones al Partido Socialista Unido de Venezuela. Desde allí, conectaron con el programa Aló, Presidente, que conduce Hugo Chávez, y que ayer comenzó a celebrar su décimo aniversario con una maratón de cuatro días de programa. En medio del diálogo televisivo, Chávez tuvo la ocurrencia de pedir a su ministro de Cultura que invitara a los intelectuales "de la derecha" a debatir con los de "la izquierda" durante uno de los cuatro días de transmisión del Aló, Presidente: "Yo me pondría entre el público", dijo Chávez, y que debatan "los invitados especiales de la derecha y los socialistas. ¿Será que esta gente aceptará la invitación?", preguntó.
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