'Fuga de cerebros', una receta de éxito en taquilla
La desenfrenada comedia española se acerca al millón de espectadores
Mario Casas es el actor del año para el cine español. Más que Penélope Cruz o Antonio Banderas. Puede que no en premios, pero sí en público. Porque Casas -intérprete gallego de 22 años surgido de la tele, de series como SMS o Los hombres de Paco, donde sustituyó como galán a Hugo Silva- aparece en la película española más taquillera de este año, Fuga de cerebros, y en la segunda, Mentiras y gordas. Según cifras proporcionadas por Globomedia, la productora de Fuga de cerebros, la comedia -una desenfrenada historia en la que un grupo de amigos se inscriben en la Universidad de Oxford en pos del amor de uno de ellos- había sido vista hasta ayer por 913.159 espectadores y había llegado a los 5.467.929 euros de recaudación. Con estos números el filme continúa el cuarto en el listado de los más taquilleros y deja atrás las recaudaciones de Mentiras y gordas, de Alfonso Albacete y David Menkes, que según datos del Ministerio de Cultura ha tenido 660.000 espectadores (casi cuatro millones de euros en taquilla), y Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar, con 606.000 espectadores y 3.711.000 euros de recaudación. Cifras estupendas, aunque algo alejadas de los grandes taquillazos como Ángeles y demonios (casi 10 millones de euros en sólo dos semanas) o Gran Torino (unos 12,5 millones de euros de recaudación en 12 semanas).
El fenómeno de Fuga de cerebros, de Fernando González Molina, nació en el festival de cine de Málaga, donde sus dos actores principales, Casas y Amaia Salamanca (procedente de otra serie de televisión, Sin tetas no hay paraíso) fueron perseguidos por centenares de fans.
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