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La lidia | 21ª corrida de la feria de San Isidro

Daniel Luque, el tendido 7 y José Tomás

De un modo u otro, la sombra de José Tomás planea, evidentemente este año más por omisión que por acción, sobre la feria de San Isidro y la plaza de toros de Las Ventas. El martes, un chaval sevillano de 19 años llamado Daniel Luque hizo recordar en buena medida las proezas del de Galapagar, sabiendo marcar la diferencia como él la marcó. Idéntica voluntad de triunfo, idénticos terrenos del toro pisados con un valor insólito, que es el que levanta a la gente de sus asientos cuando el astado no permite otra cosa que ponerse a merced de su cornamenta. Dentro de ello, no dejó tampoco, de mostrar un sello personal cargado de gracia y sevillanía.

No lo tuvo fácil de entrada Luque porque, ya en su primer toro, se escucharon desde el tendido 7 voces disconformes con su hacer. El primer paso que dio para su triunfo fue lograr acallarlas. ¡Que noooo!, suele ser una de las muletillas habituales que utilizan algunos de los miembros de ese tendido, a veces con más razón que un santo, para advertir al torero su disconformidad con lo que está haciendo. Lo interesante en el caso de Luque es que su firmeza en la plaza convenció a otros tendidos desde los que, a su vez comenzaron a escucharse otras voces y siseos que lograron enmudecer a los miembros del exigente sanedrín. Qué no hubieran dado otros toreros porque les ocurriera lo mismo mientras estaban en el ruedo tratando de complacer al público en su totalidad. Parece que luego, ni siquiera fue necesario que se continuaran contrarrestando esas protestas. El firme y decido valor de Luque también les convenció a ellos, como días atrás lo había hecho el arte de Morante. Tal vez no sea tan fiero el león como lo pintan, si es que en el ruedo se percibe una verdad convincente que logre poner a todos de acuerdo.

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Espeluznante cogida

Literatura

Además, la figura de José Tomás también está presente estos días en forma de literatura. Hasta tres libros sobre él se han presentado durante la feria. El crítico taurino, escritor y poeta Javier Villán presentaba ayer el último que conforma su trilogía sobre el fenómeno: Liturgia del dolor y feria de la política: José Tomas, una hipótesis republicana. En sus páginas, y teniendo como hilo conductor el seguimiento de las actuaciones del torero de Galapagar durante el último año, se desentrañan algunas claves taurinas y sociológicas sobre la influencia que, no sólo en el orbe taurino, si no también en el ámbito nacional, ejerce su figura. Quien lo lea no va a acabar de encontrar un libro complaciente sobre el torero. Villán se muestra particularmente discrepante con la estrategia que sigue José Tomás durante esta temporada, en la que no ha comparecido ni en Sevilla ni en Madrid.

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