Conformismo digital

Seguramente, la mayoría de alumnos de las escuelas relacionadas con el mundo de la imagen no lo han conocido, pero hace no tanto tiempo las cámaras domésticas eran una rareza o incluso un lujo que hacía que incluso en los centros de enseñanza especializados se restringiera su uso. La irrupción de la tecnología digital ha cambiado por completo este panorama. No sólo en el ámbito doméstico y el académico, sino también en el profesional. Y desde hace un tiempo, el DiBa (Digital Barcelona Film Festival), dedicado a los trabajos audiovisuales en este formato y que se clausuró ayer, nos enseña cada año los avances en la materia.

Una vez más, entre los mayores atractivos del programa (extensa selección de videoclips, cortometrajes, etcétera) ha destacado el concurso DiBaExpress: vídeos de tres minutos de duración como máximo. Pero con una particularidad que los hace realmente singulares. Todos han sido realizados en un tiempo récord de 72 horas, a partir de una palabra clave decidida por la organización. En este caso, ha sido "cambio". Las pautas de participación son muy abiertas y cabe todo. Es todo un mérito cumplir con los plazos previstos. Lástima que, en general, en la valoración de los 120 trabajos que han podido consultarse en la web del festival (dibafestival.com) haya predominado el conformismo y el posibilismo por encima del riesgo o de la experimentación. Había que buscar mucho para encontrar piezas con algún grado de originalidad formal o incluso temática.

Anoche el jurado otorgó el premio (25.000 euros) al corto ganador de este año, Un poco de orden en mi vidita, de Guillermina Pico, Cecilia B. Varela y Bárbara Echevarría. El tema no es muy original (la lista de cosas, grandes y pequeñas, que hacer para cambiar de vida) pero la apuesta plástica (plano fijo sobre el que se superponen a modo de collage los elementos que va enumerando) es interesante. También han obtenido premio En tu voz, de Sergi Custey; Fragile, de David Faüchs, y Siguiente, de María Eugenia Espinoza.