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Ofensiva de la presidenta argentina para ganar votos

Cristina Fernández da a una actriz su primera entrevista en dos años

Soledad Gallego-Díaz

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner concedió en la noche del miércoles su primera entrevista en más de dos años de mandato con un canal de televisión argentino. La entrevista, que despertó una gran expectación, no fue realizada por un o una periodista, sino por una actriz, Soledad Silveyra, en un programa llamado Un tiempo después, habitualmente dedicado a recuperar "hechos" que fueron noticia en su momento.

El programa estaba destinado a ofrecer una imagen amistosa de Cristina Fernández (algo molesta por la fama que está adquiriendo su imitación en el programa satírico Gran Cuñado), según reconoció la propia entrevistadora, pero el momento elegido, en medio de una disputada campaña electoral legislativa en la que el marido de la presidenta, Néstor Kirchner, es candidato, provocó todo tipo de críticas y quejas. La entrevista, que fue grabada previamente en el despacho de la presidenta y que según Silveyra pudo ser "retocada" por los expertos de la Casa Rosada, tuvo un impacto político porque mezcló consideraciones personales y otras relacionadas con el ejercicio de su cargo.

El programa quiso ofrecer una imagen amistosa de la mandataria
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Fernández ofreció una imagen relajada y se esforzó en hablar de su familia (se quejó de que su hija Florencia, de 18 años, está todo el día pegada a la "compu" y no se junta con ella ni para cenar), de que cuando ella tenía 20 años se parecía más a Mafalda que a Susanita (personajes de Quino) o de lo nerviosa que estaba cuando llegó a la residencia de los Olivos por primera vez, como esposa del presidente Néstor Kirchner, hasta estar afónica, de puros nervios, durante tres semanas.

Pero también deslizó mensajes políticos relacionados con su marido -"fue presidente por la crisis de 2001, es el hijo de esa crisis", alusión directa al papel de Néstor Kirchner en la crisis del corralito, que todavía provoca pesadillas a los argentinos-, con las críticas de que es objeto por su obsesión con la imagen física o sobre la exigencia de la oposición de que el Gobierno acepte debatir los asuntos de la nación. "El Gobierno no debate, el Gobierno gobierna. El debate se da en el Parlamento", aseguró. La presidenta aludió al conflicto del campo (su primera derrota política, al poco de tomar posesión) y mantuvo que no estuvo relacionada con los problemas económicos de los agricultores sino "con una discusión política sobre la redistribución del ingreso". "Lo que estaba en discusión son dos modelos de país", insistió.

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Sobre la posibilidad de que no termine su mandato, caso de que su partido (y su marido) pierdan abrumadoramente las elecciones legislativas del 28 de junio, Cristina Fernández descartó esa posibilidad y recordó que ella había sido elegida con una gran mayoría de voto. "Lo peor que le puede pasar a alguien que dice defender la democracia es no respetar la voluntad popular". Los sondeos dan una ligera mayoría a Néstor Kirchner, a quien parece haber salido bien la operación de incorporar en su lista a alcaldes del cinturón de Buenos Aires.

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