"¡Y eso que no hemos ganado!"

Bilbao recibirá hoy a los subcampeones de la Copa del Rey. No habrá gabarra, pero el Ayuntamiento ha preparado, junto con el Athletic, un recorrido en autobús de los jugadores hasta el consistorio que evocará a la llegada triunfal por la Ría que se produjo tras ganar la Copa en 1984.

Aunque la recepción oficial será hoy, ayer ya hubo un adelanto informal del ongi etorri que la Villa y toda Vizcaya quieren dar a su club. El vuelo en el que el equipo rojiblanco llegó de Valencia tocó tierra en Loiu a las 19.10 y, para entonces, unos quinientos aficionados ya les esperaban en la zona de llegadas del aeropuerto. "Se han portado muy bien, hay que estar aquí apoyándoles", aseguraba Ibai, un joven seguidor que participó en la calurosa bienvenida de la afición en la terminal aérea.

La marea rojiblanca sigue siendo dueña y señora de toda la capital vizcaína

Pese a la derrota, miles de seguidores siguieron la fiesta de madrugada

La marea rojiblanca no se había retirado del todo ayer -la ciudad sigue engalanada con los colores del club- y volverá hoy a inundar la ciudad. El equipo y su entrenador recorrerán la ciudad en un autobús descubierto y saludarán a la afición desde los balcones del Ayuntamiento y la Diputación Foral. El recorrido comenzará a las 18.00 y transcurrirá paralelo a la Ría, desde San Antón hasta el Ayuntamiento. "Evocará la famosa canción, 'por el río Nervión bajaba una gabarra...", explicó el concejal de seguridad ciudadana Eduardo Maíz, en una rueda de prensa en la que recomendó el uso de transporte público y anunció que Metro Bilbao y Bilbobus ofrecerán servicio durante toda la noche.

El alcalde, Iñaki Azkuna, recibirá al equipo a las 19.15. Desde la casa consistorial, los leones seguirán el recorrido en el autobús y se dirigirán a la Diputación, donde se espera que lleguen a las 21.00. Este recorrido obligará a realizar cortes de tráfico en función de la afluencia.

Estos preparativos se anunciaban cuando la ciudad se desperezaba aún, con cierta resaca, del sueño de la final. Pese a la derrota, la fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada para miles de seguidores y transcurrió, a diferencia de lo que sucedió en Barcelona, de forma "bastante tranquila" y sin actuaciones policiales reseñables, según confirmó Maíz. La lluvia, que parecía acompañar el sentimiento de la afición después de un día espléndido de verano adelantado y vació las calles a partir de las tres de la madrugada, favoreció, según señaló el edil, esa relativa calma. Hubo, según detalló Maíz, "sólo 35 asistencias sanitarias", de las cuales siete conllevaron el traslado al hospital de Basurto de heridos leves.

Licenciado Poza fue el epicentro de la fiesta tras concluir el partido. Después de las caras largas que dejó el partido, buena parte de la afición optó por hacer de tripas corazón y seguir divirtiéndose. "Venimos toda la cuadrilla de Markina, y no nos vamos a ir a nuestras casas ahora. Habrá que ayudar a los bares a terminar todo el alcohol que han comprado", señalaba Garikoitz. "¡Y eso que no hemos ganado!", añadía otro joven, éste de Elorrio, al valorar el ambiente en esa céntrica calle.

Los que más trabajo tuvieron fueron los servicios de limpieza. Los operarios municipales habían recogido 31.500 kilos de basura al final de la noche. También hubo algunos daños en el mobiliario urbano y en escaparates -alguien reventó una luna de la óptica Medical en la calle Ercilla-, y varios de los jardines temporales que se exhiben dentro del certamen Bilbao Jardín sufrieron los excesos de algunos aficionados.

Pese a estos pequeños incidentes, el concejal valoró, en general, "el extraordinario comportamiento cívico" de los aficionados que ayer se dieron cita en Bilbao para seguir la final en San Mamés y en las pantallas gigantes repartidas por toda la ciudad, y agradeció a todos ellos el "ambiente bonito" que se vivió en la capital vizcaína. "Hubo más gente en la calle que en la Semana Grande", precisó Andoni Aldekoa, director del gabinete de la alcaldía.