Del campus a la cola del Inem
La crisis deja sin trabajo a licenciados en carreras que hasta ahora no conocían el paro y rozaban el 100% de ocupación
Hace tres años eran los primeros en hacerse un hueco en el mercado laboral. Terminaban la carrera y a los tres meses ya se convertían en mileuristas. Pero los arquitectos, los economistas y los ingenieros no se salvan de la crisis. Ni ellos ni la mayoría de recién licenciados en carreras que en 2006 tenían el mayor porcentaje de graduados ocupados. Les llaman la Generación Cero. Tienen menos de 30 años, pocas oportunidades y la mala suerte de haber terminado sus estudios en plena recesión económica. Por cada oferta de trabajo que descubren hay 200 aspirantes. Y las condiciones laborales ya no son las que eran. La solución, esperar y seguir formándose.
A finales de marzo había en Galicia 32.400 jóvenes de entre 16 y 24 años en paro, 10.800 más que en 2008, según el Instituto Galego de Estatística. Al director de la Escuela de Arquitectura de A Coruña, José Manuel Casabella, no le sorprenden las cifras. Él también está sufriendo la crisis. Hace un año que a su estudio no llegan proyectos ni subvenciones y se ha visto obligado a despedir a parte de la plantilla. "Y como yo, otros tantos. Antes teníamos a casi 400 alumnos de la escuela haciendo prácticas con arquitectos profesionales, pero ahora muchos estudios han dejado de pedir becarios".
En Galicia, 32.400 jóvenes de entre 16 y 24 años están en el paro
Se paró la construcción y las empresas no pueden absorber a los cerca de 200 titulados que cada año salen de la Facultad de Arquitectura. Por eso muchos recién licenciados optan por las oposiciones. Este año hubo 40 aspirantes para siete plazas de profesor de dibujo en la Universidad. "Una auténtica sorpresa", cuenta Casabella, "porque antes se presentaban muchísimos menos, la docencia era la última opción que barajaban los alumnos". Normal. Antes, enviar cinco currículos ya bastaba para encontrar trabajo en algún estudio. De hecho, en 2006, Arquitectura era la carrera con la mayor tasa de ocupación, un 98,11%. Son datos del Observatorio Ocupacional de la Universidade de A Coruña, que ahora prepara el informe sobre 2007.
Muy cerca de Arquitectura en ese estudio estaba la carrera de Económicas. Sólo el 9,5% de los estudiantes que se licenciaron en 2006 se quedaron sin trabajo. La profesora de la Facultad de Economía de la Universidade de Santiago Isabel Neira asegura que los alumnos que terminaron los estudios el año pasado mantuvieron el listón. Pero los de este curso no serán tan afortunados. "No tienen ni idea de adónde van a aterrizar. Los economistas llevamos cinco años encontrando trabajo debajo de las piedras, pero ahora los recién licenciados lo tendrán muy crudo". El problema, dice Neira, es que los alumnos no se dan cuenta de la gravedad de la situación. "Viven en una fantasía y creen que, como otras promociones, podrán elegir entre varias ofertas". Pero eso se acabó, al menos durante dos o tres años. Y para enfrentarse a los malos tiempos, la formación sigue siendo el mejor balón de oxígeno. Aunque ya es extraño que un recién licenciado en cualquier disciplina salte al mercado laboral sin la red de un máster o un postgrado, ahora la demanda de formación adicional se ha disparado.
José Carlos Rodríguez compagina cursos de comercio exterior y mercados financieros con la ardua tarea de buscar trabajo. Tiene 28 años y se licenció en Económicas en junio de 2008 con una media de notable. Ha enviado 200 currículos desde Navidades y está pendiente de cinco procesos de selección en los que compite, en cada uno de ellos, con más de 500 candidatos. "Veo el futuro muy negativo. Y la única opción es entrar en una consultora o una auditoría grande, porque encontrar trabajo en las pymes ya es imposible", explica.
A los ingenieros de caminos recién salidos de la facultad tampoco se les amontonan las ofertas pero, como en 2006 -cuando encontraron empleo el 97,67% de los titulados-, no les falta trabajo. "Nos dedicamos a la obra pública y este tipo de construcción no se ha parado", cuenta el director de la Escuela de Ingeniería de Caminos de A Coruña, Manuel Casteleiro. Incluso aumentará gracias al plan E del Gobierno de Zapatero, que destinará 8.000 millones de euros a los ayuntamientos para obra pública municipal.
Los arquitectos técnicos (antiguos aparejadores) tampoco ven peligrar su futuro. El director de la escuela de A Coruña, Jaime Núñez Sal, cree que el nivel de ocupación seguirá siendo elevado este año, pero reconoce que la crisis "puede provocar condiciones laborales más precarias y un mayor índice de movilidad". Aunque ahora, lo que más preocupa ya no es cobrar los 762 euros al mes brutos que la Agencia Nacional de Evaluación de Calidad y Acreditación estima que percibe de media un recién titulado, sino encontrar un trabajo, como sea, independientemente de las condiciones.
"Cobraba más cuando era estudiante en prácticas que ahora, con la carrera terminada". Esta paradoja es el pan de cada día de los arquitectos superiores. Al menos de los que, como Roi García, encontraron trabajo después de terminar la carrera en pleno estallido de la crisis. "1.300 euros brutos por trabajar 12 horas diarias y algunas noches y fines de semana". Durante un mes no libró ni un solo día y lo dejó. Pero no se arrepiente. Ahora intenta sobrevivir por libre, presentándose a concursos públicos. "Pero es que el parón es extremo", suspira, "ahora estudiar Arquitectura es igual de útil que hacer Humanidades".
RAMÓN FERNÁNDEZ (Arquitecto en busca de empleo): "Ahora aprovechan para explotarte"
Ramón Fernández estuvo a punto de abandonar. Hasta se le pasó por la cabeza buscar trabajo en la hostelería después de pasarse siete años estudiando Arquitectura, una carrera que hasta 2006 tenía la mayor tasa de ocupación. Pero finalmente renunció al camino fácil y decidió meterse en el lío de buscar trabajo en plena crisis. "Aunque si no viviera con mi madre, otro gallo cantaría", reconoce. Sin tener que pagar alquiler, ni facturas, ni comida, ni nada, este coruñés de 28 años licenciado en marzo de 2008 dice ver el futuro con "muchísimo optimismo".
El primer varapalo de la crisis lo recibió durante una entrevista que él define como "de jefe a esclavo". El señor al que tenía que convencer de que él era la persona que estaba buscando había recibido 200 currículos como el de Ramón. "Y claro, entonces ¿para qué hacer sentir cómodos a los entrevistados?". Las condiciones eran claras: 600 euros al mes por ocho horas de trabajo que luego pueden convertirse en 10 o 12. "Las empresas se aprovechan de la crisis. Que te paguen poco se entiende, pero que saquen partido de la situación para explotarte, no", se queja. Aunque luego reflexiona: "Quizás la culpa de que se haya llegado a este punto sea nuestra por aceptar esas condiciones".
Ramón sigue mandando currículos y acumulando experiencia. Colabora con Arquitectos Sin Fronteras y para ganar dinero da clases particulares. El objetivo, ahorrar para presentar sus proyectos a concursos públicos.
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