Zapatero evita criticar a Rajoy para mantener su oferta de pacto al PP

No es conveniente criticar a quien se le va a ofrecer y pedir un pacto de colaboración. Y esto es lo que hizo ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el líder del PP, Mariano Rajoy. El marco se prestaba a la diatriba contra el adversario; nada menos que 20.000 militantes y simpatizantes socialistas, reunidos en el Palacio de Vistalegre de Madrid para escuchar al líder del PSOE y a la plana mayor del socialismo de toda España.

Pero no, Zapatero no criticó, ni siquiera mencionó al presidente del PP; pero no fue un capricho, según interlocutores socialistas. Mañana al mediodía, el presidente del Gobierno subirá a la tribuna de oradores del Congreso y ofrecerá "acuerdos" al PP y al resto de las fuerzas políticas para abordar desde diferentes perspectivas la crisis económica: protección a los desempleados, creación de empleo y reformas estructurales. Nuncamás deberá ocurrir en España una destrucción de empleo tan brutal, dijo Zapatero. Para ello su pacto incluirá medidas que cambien el modelo de crecimiento económico: "La sustitución del ladrillo por los ordenadores y la innovación; del petróleo por las energías renovables".

Por eso no quiso ayer enfadar a los que va a pedir cooperación y se limitó a criticar en genérico "a la derecha más a la derecha de Europa, que junto a Aznar, Bush y los neoconservdores", han propiciado, por políticas de desregulación" esta crisis. El líder socialista se reserva para mañana el anuncio de los pasos que quiere dar.

Desde luego, sí confirmo que, además de defender lo que ha hecho hasta ahora, ofrecerá un acuerdo con carácter muy amplio: sindicatos, patronal, ayuntamientos y comunidades autónomas. En su afán de no estropear la posibilidad de acuerdo con todos los actores necesarios para "empezar la recuperación y crear puestos de trabajo", se limitó a amagar pero no dar, al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.

Un micrófono abierto sin que el jefe de los empresarios lo advirtiera permitió saber la pasada semana su opinión sobre el presidente del Gobierno. "La culpa de la crisis la tiene Zapatero", se le escuchó decir. "Sería fácil contestar al presidente de la patronal pero no lo voy a hacer por responsabilidad y para que avance el diálogo social; mi silencio merecerá la pena", auguró el jefe del Ejecutivo.

No criticó a Rajoy, tampoco a Díaz Ferrán, pero sí "a todos los que se ponen de los nervios cuando aparece una noticia un poco positiva". El mimo con el que Zapatero envuelve el diálogo social le llevó a erigirse en defensor de los sindicatos aunque, a cambio, les ofreció su promesa de que no cederá ante quienes quieren abaratar el despido.

No hay duda de que el PSOE se ha instalado en el discurso de que hay "dos modelos" para salir de la crisis. Y este fue el hilo conductor por el que discurrieron las intervenciones de todos los oradores. Tomás Gómez, secretario general del PSM, Leire Pajín, secretaria de organización y Manuel Chaves, presidente del PSOE, sellaron con énfasis el compromiso del PSOE en esta crisis con quienes más la sufren

Estos dirigentes sí se permitieron criticar "a la derecha" para quien "el paro es una bendición que les ha caído del cielo", en expresión de Chaves. Y el mismo argumento sirvió al cabeza de lista al Parlamento Europeo, Juan Fernando López Aguilar. Éste tratará de que en esta campaña se hable de las recetas de la derecha y de la izquierda frente a la crisis en España y en Europa. Pero, en su opinión, el PP, no quiere hablar de Europa sino "caminar sobre las cabezas de los parados para debilitar al Gobierno".

Zapatero auguró a López Aguilar que su candidatura ganará el 7 de junio. Desde luego los militantes mostraron a Zapatero con entusiasmo desbordante que la familia le quiere.