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100.000 albañiles menos cada año

Las obras, las ventas de viviendas y el empleo conocen bruscas caídas

Cualquier indicador que se observe sobre la evolución del sector de la construcción en Andalucía (actividad en vivienda y obra civil, licitaciones, ventas, creación de empresas, empleo, precios...) presenta la misma gráfica: una línea ascendente sostenida hasta el año 2007 y de súbito una pendiente descendente, de momento corta pero muy pronunciada, equivalente en menos de año y medio a lo que fueron los cuatro o cinco ejercicios precedentes de subida.

Hay datos tan elocuentes como el número de viviendas iniciadas el año pasado (62.097), menos de la mitad que en 2006 (149.943); o el de transacciones inmobiliarias, que en el mismo período cayeron un 31% (115.483 el último ejercicio frente a las 168.057 de dos años antes).

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A lo largo del año pasado, 95 empresas de la construcción se declararon en concurso de acreedores, pero es que sólo en el primer trimestre de 2009 ya lo han hecho 50 sociedades, un 177% más que en el mismo periodo del año anterior. Las repercusiones sobre el empleo son tremendas, con un incremento del paro en el sector del 156% sólo en el último año, de forma que en abril ya había más de 187.000 desocupados inscritos en el Servicio Andaluz de Empleo. Según la Encuesta de Población Activa, en el primer trimestre de este año el sector de la construcción daba empleo en Andalucía a 304.200 trabajadores, cuando en el segundo trimestre de 2007 se superaban los 502.700. Es decir, que en apenas 21 meses se han perdido 198.500 puestos de trabajo en las obras.

"El panorama es absolutamente desolador. La actividad ha caído bajo mínimos porque no hay financiación, ni para el promotor ni para el comprador, hay una permanente destrucción de empleo, los índices de morosidad aumentan, las empresas tienen que ir a procesos concursales o sencillamente cerrar", describe Emilio Corbacho, secretario general de la Federación Andaluza de Constructores (Fadeco).

Y el futuro no parece muy alentador. Ni el plan de vivienda de la Junta ni los programas de inversión en obra pública de la Administración central y autonómica tienen de momento efectos dinamizadores en el sector.

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Para Analistas Económicos de Andalucía, "las expectativas para este año son aún más negativas" que lo ocurrido en 2008, y apunta una nueva caída de la construcción de viviendas del 25% y la pérdida de unos 45.000 empleos más.

La crisis que padece uno de los sectores estratégicos de la economía andaluza

tiene un alcance social en dos direcciones. Por un lado, la paradoja de que se dejen de construir viviendas cuando existe una gran demanda insatisfecha que no ha tenido acceso al mercado por los precios desorbitados que ha alcanzado; y por otro los derivados de una pérdida de empleo en proporciones alarmantes.

Los sindicatos creeen que lo que ocurre ahora es consecuencia de la especulación de los últimos años y acusan a la patronal de "haberse metido en el bolsillo los cuantiosos beneficios obtenidos y no haber reinvertido en fortalecer sus empresas", según explica el secretario de Comisiones Obreras en Málaga, Antonio Herrera.

El secretario general de Fadeco es tajante en la negativa. "Los empresarios no han sido especuladores. Si eso fuera así, no estarían aquí, se habrían ido con los beneficios a otra parte, pero cuando tienen problemas es que permanecen en el sector, han invertido lo ganado", afirma Emilio Corbacho.

Para la patronal, la responsabilidad principal de la situación la tienen las entidades financieras, porque "lo único que pasa", es que no hay financiación. "No nos falla ni el producto ni la demanda, nadie construye ni nadie compra si no se le da un préstamo", explica Corbacho.

La patronal lamenta que las dos líneas en la que tenía depositadas esperanzas no funcionan. El Plan Concertado de Vivienda y Suelo, que contempla construir 700.000 casas hasta 2017, 300.000 de ellas de VPO, no ha funcionado hasta el momento según Fadeco porque "sin financiación es letra muerta". Hasta el primer trimestre de este año, la Junta tenía calificadas más de 19.000 viviendas, pero muy pocas obras han podido inciarse por las reticencias de las entidades financieras a aportar financión necesaria.

Corbacho reconoce que la Junta "está volcada en buscar soluciones con conductas dinámicas y operativas, pero los resultados no se ven". Los empresarios lamentan además que la inversión en obra pública "no ha tenido la entidad que esperábamos y la puesta en marcha de las actuaciones se retrasa extraordinariamente".

El presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Carlos Hernández-Pezzi, admite que los flujos financieros "se tendrán que abrir, porque si no no se puede hacer nada", y se queja también de las trabas que ponen los bancos, pero va más allá y dice que el momento exige un cambio de modelo. "Ya se veía que los ritmos eran imposibles de sostener. Ahora hay que aprovechar para hacer las viviendas que satisfagan las necesidades de la población, e incrementar la vivienda pública, del alquiler y la rehabilitación".

Hernández-Pezzi ve inevitable un "saneamiento importantísimo" del sector y Corbacho admite que tiene que redimensionarse. Vaticina que en el futuro puede haber actividad para mantener un empleo directo de entre 300.000 y 350.000 empleados. La ventaja es que Andalucía siempre será dinámica en la demanda, por los flujos de inmigrantes, la formación de nuevos hogares, dada la estructura de la población o la segunda residencia".

Se trata, insiste Hernández-Pezzi de construir lo que es necesario, ni más, ni distinto.

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