_
_
_
_

La UE crea una nueva Ruta de la Seda de la energía

La Unión Europea y diversos países de su vecindad oriental y de Asia Central se comprometieron ayer en Praga a crear un Corredor Sur de energía que permita cubrir en 2020 el 10% de las necesidades gasísticas de la Unión. Más allá de la declaración política, y a falta de certidumbres, incluidas las financieras, lo más concreto de la llamada cumbre de la energía fue la etiqueta del nuevo proyecto: una moderna Ruta de la Seda.

El primer ministro checo saliente, Mirek Topolanek, como presidente de la Unión; el de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, y Javier Solana se recrearon en la idea de reeditar en el siglo XXI la Ruta de la Seda como vía de comercio, de comunicación y de entendimiento entre pueblos y culturas, con la energía como razón de ser.

Lo que busca una UE sedienta de energía y asustada por los cortes de gas sufridos en los meses de enero de 2006 y 2009 es crear un marco estable y diversificado de aprovisionamiento y de tránsito que reduzca su dependencia de Rusia, de donde llega ahora más del 40% del gas importado.

"Tras la lucha contra el terrorismo y contra la crisis económica, la cuestión energética será la tercera tarea más importante de la UE", declaró Topolanek para subrayar lo crucial de un acuerdo llamado a proporcionar energía de forma estable a la UE con Asia Central (Azerbaiyán, Kazajistán, Turkmenistán y Uzbekistán) como proveedor privilegiado de gas (y petróleo), con aportes también de Egipto, a través de países de tránsito que bordean Rusia (Georgia y Turquía).

Proyecto Nabucco

La pieza crucial de toda la estructura es el gasoducto Nabucco, con más de 3.000 kilómetros de longitud, que se quiere comenzar a construir en 2011, previo acuerdo con Turquía, principal país de paso hacia la UE. Ayer se acordó firmar tal acuerdo en Ankara a finales de junio. Si todo fuese bien, Nabucco podría estar concluido en 2014. Hasta ahora le ha faltado financiación a falta de garantías de aprovisionamiento por parte de los países asiáticos.

El acuerdo lo firmaron la UE y los presidentes de Azerbaiyán, Georgia y Turquía más el ministro de Petróleo de Egipto. Los representantes de Kazajistán, Turkmenistán y Uzbekistán, hipotéticos suministradores de gas, hicieron de testigo en la ceremonia sin estampar sus firmas "porque no les gusta suscribir este tipo de acuerdos", según Barroso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_