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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Sixto Palavecino, el "violinisto sachero"

Impulsor del quechua e importante patriarca del folclor argentino

Sixto Palavecino murió el 24 de abril a los 94 años, aquejado del mal de chagas [enfermedad parasitaria tropical], y una multitud acompañó al féretro hasta el cementerio en Santiago del Estero, en el norte de Argentina. El párroco le rezó el responso en quechua, la lengua que defendió toda su vida y a la que tradujo el Martín Fierro tras una labor de casi 10 años. Varios violinistas lo despidieron a la manera santiagueña, tocando chacareras, gatos y entonando vidalas.

Argentina conoció su arte un poco tarde, porque debió trabajar de peluquero para que sus hijos pudieran educarse. Él apenas llegó a 3º grado, "porque más no había", decía. No sólo era autodidacta, sino que se fabricó su primer violín a cuchillo a los nueve años con maderitas de una mesa. Sus primeras cuerdas las hizo con crin de cola de caballo.

Tocaba a escondidas

Aunque su padre murió cuando él era un niño, aprendió de su abuelo, que falleció con 120 años, el amor por el folclore santiagueño, puesto que era guitarrero y cantor. Sixto nació en 1915 en Barrancas, junto al río Dulce, en un humilde rancho. No había médico, sólo curanderos, pero en cada rancho había ejecutantes de violín, guitarra y cantores. Él se definía como "violinisto sachero" (en quechua: "del monte"), porque consideraba que violinistas son los profesionales y los otros, violinistos o violineros.

La madre, Petronila, no quería que se dedicara a la música, pero él se escondía en el monte impenetrable -hoy totalmente deforestado-. Finalmente, a los 13 años pudo debutar con su primer violín, en un baile de angelito, en la muerte de un recién nacido. Jorge Cafrune llegaría un día a su peluquería para pedirle que le acompañara en las giras, pero su fama tardaría en trasponer Santiago.

Hizo composiciones overitas, en quechua y castellano. Y tradujo el Himno nacional a su lengua vernácula. Aunque nunca tuvo conciencia de su enorme dimensión de artista, sus más de 300 canciones sortearon fronteras y fueron entonadas por todo tipo de artistas. Grabó 17 discos y participó en otros 13 con gente como León Gieco, Peteco Carvajal, Alfredo Abalos, Elpidio Herrera o Jacinto Piedra. También tocó y cantó con Mercedes Sosa, Milton Nascimento, Chico Buarque, Ariel Ramírez, Jaime Torres, el dúo Coplanacu, Pablo Milanés o Pete Seeger. Con León Gieco recorrió todo el país. En la cancha de Boca Juniors los ovacionaron 30.000 personas.

Creador del programa radial Alero quichua santiagueño, que dirigió durante 10 años, Palavecino supo rescatar y difundir su lengua. La Universidad de Rosario lo distinguió con el título honoris causa. "Miren a lo que llegó el sacherito santiagueño, ahora dicen que soy doctor honoris causa". León Gieco le dedicó una canción donde lo define musicalmente: "Don Sixto Palavecino, / gato escondido de amor, / cuando escucho tu violín / Santiago es como una flor".

Sixto Palavecino.
Sixto Palavecino.

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