El Ejército paquistaní mata a 45 talibanes en el norte del país
El ataque rompe la tregua entre integristas y Gobierno
Varios portavoces talibanes denunciaron ayer la tregua con el Gobierno de Pakistán después de que las fuerzas de seguridad intervinieran en el distrito de Dir, uno de los seis afectados por el acuerdo. La operación, en respuesta a una emboscada, ha causado al menos 45 muertos a los insurgentes entre el domingo y el lunes, según fuentes militares. Con el acceso prohibido a los periodistas, resulta difícil verificar estos datos, pero los enfrentamientos han provocado la huida de miles de personas.
"Nuestro consejo se reunió el domingo y decidió suspender las negociaciones de paz con el Gobierno de la Provincia de la Frontera Noroccidental", manifestó Amir Izzat Khan, citado por las agencias de prensa. Khan actúa como portavoz de Sufi Mohammad, el clérigo que negoció el polémico acuerdo en febrero por el que los talibanes paquistaníes cesaron sus ataques a las fuerzas de seguridad en el valle de Suat a cambio de que se instaurara su versión de la ley islámica (sharia), en seis distritos de esa provincia.
Zardari piensa que Bin Laden está muerto, aunque no tiene pruebas
El Gobierno de Asif Alí Zardari firmó esa concesión a principios de abril. Sin embargo, los talibanes se envalentonaron, se negaron a entregar las armas como estaba pactado y empezaron a infiltrarse en los distritos colindantes con Suat. Su toma pacífica de Buner, a apenas 100 kilómetros de Islamabad, hizo sonar las alarmas no sólo en la capital paquistaní sino en la de EE UU y el resto de los países occidentales con tropas en Afganistán.
Todos saben que no podrán acabar con el santuario de Al Qaeda allí mientras sus milicianos y asociados encuentren apoyos al otro lado de la frontera. "Las regiones que bordean esa linde constituyen un crisol del terrorismo", resumió ayer el primer ministro británico, Gordon Brown, de visita en Kabul e Islamabad. La violencia en el noroeste de Pakistán y el avance de la influencia talibán han aumentado la preocupación por la seguridad de este país nuclear.
"Quiero asegurar al mundo que la capacidad nuclear de Pakistán está en buenas manos", trató de tranquilizar Zardari ayer. El presidente paquistaní se vio obligado a admitir que su país "fracasará, si la democracia fracasa; entonces cualquier eventualidad es posible". Zardari dijo que en su opinión Osama bin Laden está muerto, aunque reconoció que no tenía pruebas.
Algunos analistas vinculan la intervención en Dir con el viaje de Zardari a Washington, próximo el 6 de mayo, junto a su homólogo afgano, Hamid Karzai, para reunirse con Barack Obama. Mientras, los milicianos talibanes siguen paseándose por las principales localidades de Buner, a pesar de que el viernes anunciaron que iban a retirarse a sus bases en Suat. Los refuerzos gubernamentales para la policía no han pasado del primer pueblo de aquel distrito.
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