Atxaga se lamenta del deterioro de la calidad del tiempo para la lectura
El escritor vasco pronunció ayer el pregón de Sant Jordi
Hoy es el Día del Libro, pero la calidad del tiempo para leer se deteriora, piensa Bernardo Atxaga. El tiempo se nos lleva y nos arrastra, y ya no quedan figuras solitarias en actitudes contemplativas que puedan permitirse leer sin prisas novelas difíciles, como El sonido y la furia, de William Faulkner; Huesos de sepia, de Eugenio Montale, o Sagitari, de Joan Fuster.
"¿De qué clase es hoy en día el tiempo de la lectura?", se pregunta Atxaga. "¿De qué materia? ¿De oro, de plata, de bronce o de hierro?". El escritor vasco, que ayer pronunció el pregón de Sant Jordi en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, se remitió al poeta griego Hesíodo, que en Los trabajos y los días ya se lamentaba de que el mundo de oro del principio remoto se había convertido en un mundo de hierro.
La periodista Rosa Mora, encargada de glosar al escritor y entrevistarlo, discrepó inmediatemente de este aserto. No será para tanto, le dijo. "Hay un cambio de compás, de ritmo", matizó Atxaga . "La lucha por la lectura es la lucha por una clase de tiempo y por una calidad de vida", añadió.
La periodista le preguntó sobre su obra, que sólo ahora, con la sorprendente Siete casas en Francia, ha salido del universo del mundo rural de Obabakoak, la novela que le lanza como escritor, referente casi fundacional de la literatura en euskera. Y Atxaga admitió que siente la "presión de la tribu" que se ejerce sobre los escritores y artistas que representan culturas como la vasca, y rindió homenaje a su amigo fallecido el cantante Mikel Laboa, cuya viuda e hija estaban ayer en la sala. Prefiere, dijo, el modelo del escritor sometido a la presión de la sociedad al del artista dieciochesco aislado en su torre de marfil.
Y no sólo se habló de literatura. Atxaga se mojó sobre el pacto de gobierno entre socialistas y populares en el País Vasco -"bienvenido sea si sirve para desheroizar la política", ironizó de entrada-, para reconocer sin ambages que le parece "fatal" porque es una coalición no deseada por la gente y teme que "el buey diestro y el buey zurdo" podrían acabar por hacer volcar la carreta.
Atxaga sucedía ayer como pregonero al italiano Alessandro Baricco y a una larga lista de escritores que darían para una extraordinaria biblioteca. El alcalde, Jordi Hereu, le invitó a disfrutar de la ciudad, en la que Atxaga fue estudiante en la decada de los ochenta. Bibliotecas de Barcelona, organizadora del evento, presentó un pequeño ducumental sobre la trayectoria del autor.
Hoy habrá más de 400 puestos de venta que los libreros instalarán en las calles de las poblaciones de Cataluña. La mitad en Barcelona ciudad, 41 en la provincia de Girona, 28 en la de Lleida y 18 en la de Tarragona, cifras algo inferiores a las de año pasado, según reconoce el Gremio de Libreros. La crisis se hace presente. El tiempo meteorológico será espléndido.
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