UGT acusa al Incasòl de vender suelo a precios "de vergüenza"

En los pasillos, todo el mundo estaba pendiente del zumbido sobre la llegada del primer modelo Audi que fabricará Seat en Martorell. Pero, sobre el escenario, la crisis y sus consecuencias ocuparon todo el protagonismo en la apertura del XIII Congreso de UGT de Cataluña, entre críticas a las políticas neoliberales, proclamas sobre la necesidad de garantizar la protección social o pronunciamientos contra el abaratamiento del despido, de los que participaron en la inauguración del evento tanto el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, como la consejera de Trabajo, Mar Serna. El secretario general del sindicato, Josep Maria Álvarez, lo resumió así: "Que no sean los trabajadores quienes paguen los platos rotos de la crisis". Y uno de los platos rotos, vino a decir Álvarez, es el acceso a la vivienda.

El secretario general del sindicato, que será reelegido en el cargo, descargó ayer ácidas críticas contra la política del Departamento de Francesc Baltasar y contra el precio al que vende suelo destinado a vivienda de protección social (VPO) el Incasòl.

"No se ha hecho política de verdad para hacer vivienda protegida", espetó Álvarez, para quien el Pacto Nacional de la Vivienda "no ha supuesto ningún avance". El dirigente sindical aseguró que el promotor público Incasòl -repartido entre Vivienda y Política Territorial- vende suelo "a precios que dan vergüenza". Concretó que el Incasòl aplica el 42% de repercusión del precio del suelo, de modo que el 42% del precio de venta corresponde al precio del suelo, "cuando la ley española aplica una repercusión máxima del 15%", dijo. Los últimos datos de Vivienda arrojan ciertos avances en lo que respecta a la construcción de pisos de protección oficial: Cataluña, por primera vez en las últimas décadas, ha iniciado más de 10.000 pisos sociales en 2008.

Las críticas de Álvarez en la presentación del informe de gestión se hicieron extensivas al funcionamiento de la Formación Profesional. "En este país, en materia de FP, no ha dado ni un paso adelante", dijo el secretario general, para quien el sector industrial "no forma parte de las prioridades" del Gobierno catalán.

La mejora de la formación fue uno de los hilos conductores de la intervención, y en eso conectó con la intervención de la consejera Mar Serna. Su receta contra la crisis se resumió en tres palabras: "Formación, formación y formación".

La consejera de Trabajo fue tajante en su rechazo al abaratamiento del despido, que tildó de "irresponsabilidad" y que reclaman algunos sectores empresariales. "¿Alguien cree de verdad que con un despido más barato tendremos más empleo en estos momentos?", se preguntó durante su intervención en el congreso. Sin embargo, en ella sí pidió la implicación del sindicato para llevar a cabo un cambio de modelo productivo en Cataluña que pase por lograr una mayor competitividad, productividad, conciliación de la vida personal y laboral, seguridad en el trabajo e igualdad de oportunidades. Para Serna, la crisis no puede ser una excusa para olvidar la igualdad de oportunidades o para reducir el esfuerzo en prevención de los riesgos laborales.