Clinton presenta un plan para poner fin a los ataques en aguas de Somalia

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, anunció ayer un plan de cuatro puntos para combatir la piratería en las costas de Somalia. "Puede que estemos tratando con un crimen del siglo XVII pero necesitamos abordarlo con medios del siglo XXI", dijo. El plan anunciado ayer en el Departamento de Estado incluye aumentar los esfuerzos internacionales para luchar contra la piratería en el Golfo de Adén; rastrear y congelar las cuentas de los piratas; modernizar las defensas de los mercantes que navegan por la zona y mejorar la situación en Somalia.

Clinton también anunció que Washington mandará un enviado especial a la reunión de donantes promovida por Naciones Unidas para el 23 abril en Bruselas, con el objetivo de mejorar las condiciones de Somalia, que carece de Estado de derecho desde 1991.

"Nuestro enviado trabajará con otras partes para ayudar a los somalíes a acabar con las bases de los piratas y desincentivar a los jóvenes de Somalia para que no se unan a los piratas", declaró Clinton. La secretaria de Estado resaltó la importancia de controlar y congelar los activos de los piratas ya que había llegado el momento de "eliminar los resultados financieros obtenidos como resultado de su acción". En este sentido, Clinton reiteró la política estadounidense de "no hacer concesiones o pagar rescates".

"Estos piratas son delincuentes. Hay que poner fin a esos ataques", informó Clinton, quien no sugirió usar la fuerza militar contra los piratas, aunque llamó a actuar contra las bases piratas en Somalia tal como autorizó el Consejo de Seguridad en 2008.

Esta presión militar provocó ayer que la fragata francesa Nivose detuviese a 11 piratas frente a las costas de Kenia. El barco de guerra forma parte de la misión Atalanta, promovida por la Unión Europea para proteger los mercantes de los piratas. En esta operación, que cuenta con ocho buques y dos aviones, participan desde diciembre Francia, España, Italia y Alemania.

La operación se inició el día anterior, cuando un helicóptero francés localizó una embarcación nodriza y frustró una tentativa de abordaje de un navío libanés. El ataque fue lanzado a 900 kilómetros al este del puerto de Mombasa. Los piratas navegaban "en una nave de 10 metros de largo que transportaba 17 barriles de 200 litros de carburante y dos cañones de asalto", según el Ministerio de Defensa francés.

Unas horas antes de la intercepción, ocho piratas somalíes atacaron con granadas y armas automáticas la embarcación estadounidense Liberty Sun, en la que viajaban 20 ciudadanos de Estados Unidos. Los asaltantes dijeron atacar en "represalia" por la muerte de tres piratas en la operación militar que el domingo liberó al capitán Richard Philips, del Maersk Alabama. Esta vez no iban en busca de dinero, sino de venganza. "El objetivo principal de este ataque era totalmente diferente de los anteriores, no buscábamos cobrar ningún rescate. Hemos asignado un equipo especial para perseguir y destruir a toda embarcación con bandera estadounidense en represalia por el brutal asesinato de nuestros amigos", indicó el supuesto jefe del grupo, Abdi Garad, a la agencia France Presse. Este ataque "no es más que el principio", advirtió Garad.

Pese a los medios movilizados en la zona, la acción de los piratas mantiene su frenético ritmo. El martes capturaron dos nuevas embarcaciones. En la actualidad hay 19 barcos y casi 300 tripulantes secuestrados en la zona.