Sobre la situación política

Pocos artículos tan certeros sobre la actual situación política española como el de J. A. Torres Mora del 26 marzo. A su incisivo análisis quiero añadir lo paradójico de un dato: el PSOE se ve perjudicado a nivel estatal precisamente por haber ganado en unas elecciones autonómicas.

El triunfo socialista en Euskadi ha sido arrollador (aumento de ocho puntos porcentuales en voto favorable, salto de 18 a 25 diputados en el Parlamento vasco). Esa victoria le ha llevado a arrostrar la difícil pero obligada responsabilidad de gobernar en aquella comunidad autónoma. Con ello parece perder de momento el apoyo del PNV en el Congreso de los Diputados, aunque es de esperar que el antidemocrático enfado, causado por una Lehendakaritza que se escapó, sea pasajero.

Cierto es que, mientras tanto, ya se han dado votaciones en la Carrera de San Jerónimo donde PP y PNV juntos han puesto proa al Gobierno. Ello me confirma dos ya antiguas consideraciones mías:

a) La falacia de aquella frase del prócer derechista en la Segunda República Calvo-Sotelo, según la cual "preferimos una España roja a una España rota". Mentira o error fue y lo sigue siendo. Los conservadurismos de orden económico y social, centralista o periférico, siempre se entienden, hay mucha historia desde el carlismo y el proteccionismo agro-textil, desde el concierto fiscal reinstaurado por Franco y la larga complicidad financiera "El Pardo-Las Arenas", hasta el apoyo del PNV al primer Gobierno Aznar, como para ponerlo en duda.

b) La injusticia de un sistema electoral que impide a las fuerzas progresistas (PSOE e IU) unirse para hacer un frente, no "popular" (eso queda para la calle de Génova), sino decidido a abordar la crisis desde políticas que los atados al capitalismo especulativo, estén donde estén, ni quieren ni podrían llevar a cabo.