"El mundo tiene necesidad de ángeles"
Juan Arias (Almería, 1932), periodista, ex sacerdote, autor de libros con José Saramago, Juan Luis Cebrián, Paulo Coelho o Fernando Savater, ha transitado en su obra por la felicidad, por la religión y ahora, de la mano de los ángeles, se refiere a la soledad. La soledad, dice, viene de que no sabemos de dónde venimos. Su libro La seducción de los ángeles presenta a los ángeles como "un antídoto contra la soledad". Desde Río de Janeiro, donde vive y escribe para EL PAÍS, Arias explica esa relación de los ángeles (y de los hombres) con la soledad.
Pregunta. ¿Y cómo nos alivian los ángeles?
Respuesta. No son cristianos. Se remontan a las civilizaciones y religiones más antiguas. La Iglesia los tomó prestados. Son la mejor metáfora de la amistad, y en la vida sólo los amigos -que son los verdaderos ángeles- son capaces de aliviar la soledad existencial.
"La soledad viene de no saber lo que somos ni por qué estamos aquí"
P. ¿De dónde viene la soledad?
R. De no saber ni lo que somos ni por qué estamos en este mundo y adónde vamos a parar. Son las preguntas que ya se hacían los hombres del Neolítico cuando empezaron a enterrar a sus muertos, asustados ante la muerte y el más allá. El hombre moderno añade a eso la codicia de poseer. El mejor antidepresivo sería la cercanía de un amigo.
P. Dice en su libro que la Iglesia habla poco de los ángeles. ¿Les tiene miedo?
R. La Iglesia siempre tuvo miedo a los ángeles. Hasta llegó a prohibir su culto. Porque ellos no dan miedo a los hombres, como Dios. Ellos no juzgan, lo perdonan todo. Sólo están ahí, a tu lado, llenando tus vacíos, aliviando tus zozobras.
P. El sexo de los ángeles: usted dice que sí habría que hablar del sexo de los ángeles. ¿En qué sentido?
R. En la Biblia los ángeles aparecen siempre como personas. En el judaísmo existen los ángeles femeninos. La Iglesia siempre tuvo y sigue teniendo miedo al sexo, que es un factor de libertad. Por eso les quitó el sexo a los ángeles, los castró.
P. ¿Y los ángeles caídos? Habla de que el bien vence al mal.
R. La humanidad ya habría dejado de existir hace mucho si, a pesar de todos los demonios y de todos los impulsos de violencia, el bien no acabase prevaleciendo sobre el mal. Todo en nuestro mundo es hoy mejor que hace cincuenta años, y dentro de cien será aún mejor. El mal es como la sangre, se ve enseguida. El bien es invisible.
P. Escribir un libro con ángeles parece una extravagancia.
R. El mundo sería más feliz si tuviera el coraje de ser un poco más extravagante... Mi libro es una extravagancia, una provocación. Si los ángeles son la mejor metáfora de alguien que no te juzga, es que el mundo tiene una necesidad extrema de ángeles.
Babelia
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