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La cumbre de la OTAN

Rasmussen logra la jefatura de la Alianza tras superar la oposición turca

Los dirigentes exigen a Afganistán retirar una ley vejatoria para las mujeres

El primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, de 56 años, fue elegido ayer como futuro secretario general de la OTAN al final de un intenso y acre pulso político que enfrentó a Turquía con todos los aliados. La Ankara de Recep Tayyip Erdogan no aceptaba que alguien a quien veía como cómplice por omisión en la crisis de las caricaturas de Mahoma, de 2006, rigiera la Alianza. Largas horas de intensos esfuerzos diplomáticos, la mediación de Barack Obama y diversas concesiones a Turquía permitieron salvar in extremis una situación que hubiese creado insoportables tensiones con los valores de democracia que dice defender la Alianza.

La candidatura de Rasmussen -un político liberal que es halcón en defensa y fue un sólido apoyo de la política exterior de George W. Bush- fue pactada hace unas semanas por Alemania, Francia y Reino Unido sin suscitar particulares objeciones entre los restantes aliados, excepción hecha de Turquía, que hasta ayer mismo estuvo planteando un juego de todo o nada a los aliados.

El primer ministro danés es un 'halcón' en defensa y un político liberal

Para Erdogan resultaba intolerable que el primer ministro del país donde estalló la crisis de las caricaturas de Mahoma, que se negó a dar explicaciones y a pedir disculpas al mundo musulmán fuera a encabezar la Alianza. Además, desde Dinamarca emite una emisora de televisión afín al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), al que la UE mantiene en la lista de grupos terroristas. "No es un hombre de paz", declaró Erdogan, que hasta ayer a mediodía seguía sin ceder.

La cumbre extraordinaria conmemorativa del 60º aniversario de la OTAN empezó con hora y media de retraso y los rostros crispados de los anfitriones: el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y Angela Merkel, la canciller alemana. No habían convencido a Turquía, representada por el presidente Abdullah Gül en constante contacto con Erdogan. Sarkozy y Merkel son, precisamente, de los líderes comunitarios más opuestos a la integración en la UE de Turquía, a la que desde la Comisión Europea se le indicó que cometía un gravísimo error vetando a Rasmussen. Fue más tarde, en conversación de Barack Obama con Erdogan, cuando comenzó a enderezarse la situación. Al final, la promesa de una vicesecretaría general, un alto puesto en la cadena del mando militar aliado y alguna concesión más, junto al plan de Rasmussen de asistir mañana y el martes al II Foro de la Alianza de las Civilizaciones en Estambul, allanaron el camino.

Rasmussen tomará el relevo que el holandés Jaap de Hoop Scheffer le cederá el 31 de julio y podrá regir una OTAN que no permitió en Estrasburgo que sentimientos religiosos ofendidos tomaran la primacía sobre los valores de democracia y derechos humanos que dice defender en todo el mundo.

De hecho, los aliados tuvieron durísimas palabras con la legislación recién aprobada en Afganistán, limitadora de derechos de las mujeres conforme a la interpretación más cerril del Corán. "Esa ley es inaceptable", señaló Merkel. "No vamos a transigir" dijo Sarkozy. Silvio Berlusconi anunció que retiraría a las italianas del contingente enviado a Afganistán y Obama tuvo que responder a la pregunta de si los soldados estadounidenses habían ido a morir en Afganistán para sostener semejante régimen. "Esa ley está mal", zanjó. "Haremos saber a Karzai lo que piensa Estados Unidos". Todos resaltaron cómo en la declaración de la cumbre relativa a Afganistán se subraya "la importancia de la protección de los derechos de las mujeres". Anoche Karzai aceptó revisar la ley.

"En Afganistán, nuestra prioridad esencial, estamos dispuestos a ayudar al Gobierno y al pueblo afganos a construir un país democrático, seguro y estable, que no pueda jamás acoger terroristas que representen una amenaza para la seguridad de los afganos o de la seguridad internacional", apunta la Declaración sobre la Seguridad de la Alianza aprobada ayer, que fija las directrices generales de evolución de una OTAN que dice prepararse a intervenir en cualquier latitud porque "nuestra seguridad está cada vez más vinculada a la de otras regiones". Los dirigentes aliados sintieron que estaban celebrando los primeros 60 años de la OTAN. "Estamos decididos a renovar nuestra Alianza para mejor hacer frente a las amenazas de hoy y anticipar los peligros del mañana", reza el último párrafo.

Rasmussen, en la rueda de prensa de clausura.
Rasmussen, en la rueda de prensa de clausura.AFP

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