"Si el Gobierno ayuda a la banca, ¡que mande!"
Josep González, presidente de la patronal de pymes catalana Pimec, sale hoy en AVE hacia Madrid para liderar la concentración de empresarios contra la crisis que ha sido convocada a pocos metros del Congreso de los Diputados, en Madrid. La protesta ha sido arropada por una larga lista de más de 700 organizaciones de pequeños empresarios y autónomos de toda España. Su meta, dice, es "que se visualice el desencanto y el malestar empresarial" nacido con la crisis. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero le recibió a él y a otros representantes empresariales hace poco. No salieron con respuestas.
Pregunta. Se quejan de que no les llega financiación. ¿Piden que el Gobierno obligue a la banca a dar crédito?
Respuesta. El Gobierno ha abierto líneas de financiación, ha puesto dinero sobre la mesa para que el dinero llegue a las empresas. Pero no ha funcionado la aplicación de esas medidas. Más que obligar a la banca, es necesario hacer una reflexión sobre por qué el dinero no llega y tomar decisiones. Si se pone a disposición un dinero para que llegue a las empresas y no llega, debe corregirse algo.
P. ¿Por ejemplo?
R. Que el dinero no vaya vía banca. Ayudar a la financiación de las empresas también se hace con aplazamiento de pagos a la Seguridad Social, o de pagos de impuestos, o con el retorno del IVA a las empresas... O si la Administración pagara a más corto plazo. Es la banca la que marca el ritmo.
P. Pero culpa al Gobierno, no a la banca.
R. No quiero hablar de culpas. Pero si el Gobierno pone dinero para la banca, ¡que mande! Nunca he conocido a nadie que dé dinero a otro y deje que mande el otro. Planteé a Zapatero que los 100.000 millones que ha puesto para que fluyera el mercado interbancario, garantizando los préstamos entre bancos, y que no ha funcionado, se apliquen a garantizar los préstamos que la banca dé a las empresas.
P. ¿Y Zapatero qué dijo?
R. No se definió. Dijo que en 15 días supervisará si el flujo de dinero del ICO funcionaba y, si no, tomaría medidas. Es lo más concreto que sacamos.
P. No parece mucho.
R. No. Y de ahí ese desencanto. Es importante que el Gobierno reaccione. Sugerimos también una reforma de la ley de morosidad: no funciona. Los retrasos en los pagos de deuda han llevado al cierre de acreedores de muchas empresas. Deben reducirse los plazos de pago.
P. ¿Cree que logrará cambios con una concentración?
R. Tiene un sentido. Que se sepa el estado anímico real del empresario. Y entregaremos nuestro documento a los jefes de los grupos parlamentarios.
P. ¿No teme que la oposición instrumentalice políticamente su protesta? ¿O ya le va bien?
R. No temo eso. Si sirve para que la oposición apriete y el Gobierno actúe, mejor. Aquí soy empresario, sin ideologías.
P. Muchas de sus propuestas sintonizan con las de Artur Mas.
R. ¡No le hemos dicho a Mas lo que tiene que decir!
P. ¿Qué listón mínimo de participación le pone a su concentración para considerarla un éxito o un fracaso?
R. Veremos a más de 1.000 personas. No descarto que a 2.000. Pero el éxito no lo mediremos por el número de personas, sino por la representatividad de asociaciones, federaciones, patronales, cámaras de comercio. Y vendrán empresarios de Valencia, Baleares, País Vasco, Galicia, Madrid...
P. ¿Puede cuantificar el problema de acceso al crédito?
R. Es difícil ser riguroso. Pero creo que el 80% de las empresas han tenido dificultades. Y si la gente no invierte, tendremos mayores problemas de competitividad. Deben hacerse reformas educativas, tecnológicas, energéticas, fiscales, laborales. Y no veo en el Gobierno un espíritu de reformas. También laborales. Pero sí veo necesario que un expediente de regulación no sea tan complicado, conflictivo y costoso. El exceso de temporalidad existe por algo.
P. Si el problema del crédito es tan generalizado, ¿por qué cree que no se apuntan Cepyme, Fomento del Trabajo, la CEOE?
R. No pertenecemos a esas organizaciones, y eso seguro que es un factor. Pero asociaciones que sí forman parte de ellas se han apuntado a nuestra marcha. Seguramente tiene que ver con los piques entre patronales.
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