El pacto por el empleo encalla
Los partidos apuran el plazo que se dieron para negociar sin ningún acuerdo
La negociación del pacto por el empleo entre los partidos políticos andaluces se parece mucho a una de esas discusiones infantiles interminables, en la que los niños obstinados se sientan uno enfrente del otro y no se bajan de sus posiciones ni para coger aire: pues sí, pues no, pues sí, pues no, y hasta que se aburren. Más de un mes llevan el Gobierno, PSOE, PP e IU con reuniones para acordar medidas anticrisis sin que se haya avanzado apenas nada.
Los socialistas empezaron hace semanas a avisar de que iba a ser muy difícil el consenso, toda vez -argumentaron ellos- que lo que pretenden los populares es reducir el gasto público y los impuestos, e IU lo contrario. Además, apuntaron otra razón de fondo: ambos partidos no van a renunciar a la oportunidad de desgastar a Manuel Chaves a cuenta de la crisis y el paro.
Los populares dicen que no se levantarán de la mesa, pese a la "pantomima"
El Gobierno asegura que la voluntad de acuerdo del PP ha sido "cero"
El caso es que han consumido cuatro encuentros en la Cámara y el balance ni siquiera es cuantificable: un esbozo de plan de ahorro energético y unas pocas pinceladas sobre formación profesional.
"La voluntad del PP para el acuerdo ha sido cero, buscan un problema a cada solución", dijo ayer el portavoz del Gobierno andaluz, Enrique Cervera, como colofón a una cadena de declaraciones de dirigentes socialistas en las que la nota común es denunciar el electoralismo de los populares. Estos, por boca de su secretario general, Antonio Sanz, devolvieron la acusación: "El proceso es una mera pantomima, no han planteado ni una medida concreta".
El naufragio no ha causado precisamente sorpresa. Los contactos se iniciaron con desgana y poca convicción desde el minuto uno, que se puede situar en la entrevista que Manuel Chaves mantuvo el 13 de febrero con Javier Arenas y Diego Valderas en la Casa Rosa. De hecho, el popular se negó a hacerse la foto protocolaria de rigor con el socialista, y aunque aseguró fuera de micrófonos que el pacto le convenía, una manifestación contra el paro en Málaga dos días después -para cuya preparación se activó al máximo toda la maquinaria del PP- cuando menos, dejaba esta afirmación en cuarentena. También que haya llevado, por dos veces, a discusión parlamentaria justo la materia que está encima de la mesa de negociación.
Aún así, el PP no va a ser el que rompa la pelota. Al menos, formalmente. Muchas veces ha comentado Arenas que de los consensos políticos nunca se debe ser el primero en levantarse. Y Sanz -una vez que dejó clara la "incompetencia" del Gobierno y del PSOE- lo corroboró ayer: "Seguiremos buscando el acuerdo hasta la extenuación. No nos vamos a ir, salvo que el PSOE no nos vuelva a convocar".
Mientras, el PP prepara la ronda de manifestaciones contra el paro de carácter provincial (la de Málaga del 15 de febrero fue regional), que se inicia este domingo en Córdoba. En esta ciudad, Arenas llamó ayer a sumarse al acto a "todas las sensibilidades", lo que enlazó a los vientos de cambio que dice que vienen de Galicia, donde su partido ha recuperado el gobierno, y el "éxito espectacular" que augura para el PP en las elecciones europeas.
Las conversaciones con Izquierda Unida tampoco prosperan. Su coordinador las llamó ayer "paripé" y agregó que si el Gobierno de Chaves quiere salir de la crisis lo que tiene que hacer es aprobar su plan de inversiones extraordinario por valor de 6.000 millones de euros (un billón de las antiguas pesetas).
Para esta semana está fijada otra reunión, quizás la última. A ver quién echa el cierre.
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