Crece la presión para que el Ejecutivo central aporte más

"En la otra parte te encuentras que la preocupación es, 'de lo mío, ¿qué?". El vicepresidente económico, Pedro Solbes, describía así en enero el tramo final de la negociación del nuevo sistema de financiación. Pese a todo, Solbes se las prometía felices: no había grandes objeciones al nuevo modelo y no descartaba culminar el acuerdo en enero. Pero en dos meses, el proceso se ha vuelto a meter en un callejón del que las comunidades, con Cataluña a la cabeza, quieren salir con más dinero estatal en el bolsillo.

Solbes ha asumido que habrá dinero adicional, pero se ha cuidado mucho de airear cifra alguna. El PSOE sí deslizó en enero que el Gobierno pondría encima de la mesa 7.000 millones más, lo que equivale a incrementar el dinero repartido por el sistema (110.000 millones en 2006) en un 6%.

Como en negociaciones anteriores, Cataluña asumió el papel reivindicativo. Primero, divulgó una exigencia mínima de 12.700 millones más para todas las comunidades. Luego, ERC, una de las patas del tripartito, elevó ese listón a 15.000 millones. Ahora, con un Gobierno maniatado tras las elecciones vascas y gallegas, el Ejecutivo catalán quiere que su parte del pastel mida unos 3.600 millones, lo que aumentaría en un 19% los recursos que logró en 2006 (18.920 millones).

¿Cuánto dinero más pondrá el Gobierno en el sistema? Aun cuando se diera por buena la demanda catalana, no se puede calcular hasta el fin de la negociación. Si se atiende el peso de Cataluña en la población (17%), la aportación extra global rondaría los 21.000 millones. Pero esa proyección no vale: el dinero adicional se distribuirá en cuatro fondos, en los que el peso de las variables de reparto está por determinar. El diseño de esos fondos, eso sí, permite augurar que el peso de Cataluña, como el de otras comunidades con alto ritmo demográfico, será mayor que ese 17%.