La dura actuación de los Mossos pone en jaque a la cúpula de Interior
Alud de críticas al director de policía por ordenar una carga "desproporcionada"
La batalla de Bolonia que el miércoles se vivió en las calles de Barcelona se cobró más de cien heridos leves entre policías, manifestantes y periodistas. Pero puede que el coste político sea más elevado. La actuación de los Mossos d'Esquadra ha puesto en entredicho a la cúpula del Departamento de Interior, que ayer fue objeto de duras críticas de casi todos los frentes. En el centro de la diana está el director general de la policía y máximo responsable político del cuerpo, Rafael Olmos. Tanto los que critican la "desproporción" de las cargas policiales en el centro de la ciudad como quienes se sienten traicionados por su jefe coincidieron ayer, por motivos distintos, en pedir su cese.
Saura hace recaer en Rafael Olmos la responsabilidad por la intervención
Tras la confusa intervención de Olmos la medianoche del miércoles, minutos después de la batalla campal en la Via Laietana, el consejero de Interior, Joan Saura (ICV), se vio ayer obligado a dar explicaciones. Saura lamentó los hechos. En especial, las agresiones a periodistas y a ciudadanos que nada tenían que ver con la marcha, convocada por los estudiantes en protesta por la "brutalidad policial" tras el desalojo de 50 alumnos que desde hacía cuatro meses ocupaban el rectorado de la Universidad de Barcelona (UB).
Saura no criticó abiertamente la actuación policial, pero tampoco la defenddió, a la espera de un "informe exhaustivo" que ha encargado a los suyos. Sin embargo, admitió que pudo haber "errores" en la carga que dispersó por las calles del Born a unas 2.500 personas, entre universitarios y activistas. Al contrario que otras veces, no salió en defensa de los policías.
El amplio dispositivo de los Mossos buscaba, ante todo, evitar incidentes. "No había orden previa de carga y, en todo caso, es el director de policía quien decide esas cosas", dijo Saura después de que Olmos asumiera "toda la responsabilidad" por lo sucedido. Fuentes próximas al consejero subrayaron que Olmos podría ser sacrificado si los informes indican que las cosas se hicieron mal.
Lo cierto es que los agentes que impedían el acceso a la plaza de Sant Jaume resistieron apenas dos minutos los envites de los antisistema, que les arrojaron objetos contundentes y les golpearon con palos de banderas. La carga se decidió en poco tiempo en el centro de coordinación operativa, cerca de la plaza de Espanya. Allí estaban Olmos y su superior, el secretario de Seguridad Pública Joan Delort. Los mandos de los antidisturbios, en primera línea, les informaron del riesgo para la integridad de los agentes.
Una vez dada la orden, los mossos iniciaron una persecución desordenada por las calles del Born. Diversas fuentes admitieron que estaban "nerviosos", no sólo por los incidentes de la mañana con los anti-Bolonia, sino también por la sentencia, conocida ese mismo día, que condena a tres compañeros a penas de cárcel por detención ilegal y agresión.
La dura intervención policial levantó ampollas entre diversos colectivos, que exigieron responsabilidades políticas. La Comisión de Defensa del Colegio de Abogados de Barcelona, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona y entidades como SOS Racisme y Justícia i Pau criticaron la "violencia extrema" de los Mossos, que es, a su juicio, "propia de otras épocas" e "intolerable" en democracia. También denunciaron las agresiones a periodistas y el desalojo de los anti-Bolonia, que fue auspiciado por el rector de la UB, Dídac Ramírez. El PSC y ERC advirtieron en el Consell Executiu de la necesidad del desalojo, pero toparon con las reservas de Saura.
La oposición (CiU y el PP) aprovechó la ocasión para cargar contra Saura, aunque evitaron responsabilizar a los Mossos de la "desproporción" -según el líder nacionalista, Artur Mas- durante los disturbios. Esquerra y EUiA, socios de Gobierno de ICV usaron idéntico adjetivo para juzgar la actuación de la Brigada Móvil.
Por si fuera poco, Interior también recibió un toque desde el otro lado de la barrera, el de los sindicatos de mossos. El Sindicato de Policías de Cataluña pidió la dimisión de Olmos "por no apoyar a los policías" ya que, a su juicio, la carga se produjo "dentro de los parámetros normales".
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