La captura de pescado inmaduro rebrota con fuerza en Málaga
Al menos 80 personas se dedican a la pesca furtiva de chanquetes
A Manolo y a su yerno Juan Ignacio les suena la historia. Mientras remiendan unas redes junto al puerto de Málaga, cruzan miradas antes de hablar. Manolo frisa los 70 y sabe que cuando el paro aprieta la gente hace lo que sea por subsistir.
Este pescador jubilado del barrio de Huelin conoció en activo la prohibición de la captura de chanquetes, allá por 1988, y el endurecimiento de las leyes contra la pesca de inmaduros. El veterano hombre de mar comparte esta lucha para evitar que se esquilmen los caladeros. "Antes se hacían barbaridades y eso no se podía aguantar por mucho tiempo", dice escueto. En lo que va de año, las autoridades se han incautado en la provincia de 35 embarcaciones dedicadas al furtiveo. Esto supone un aumento respecto a 2008, año en el que se decomisaron 80 barcos.
La UE impuso una multa de 100 millones a España por el furtiveo
Juan Ignacio sabe de gente que se ha metido en la pesca de inmaduros obligada por el desempleo y la falta de recursos, pero al igual que su suegro condena esa práctica. "Es como el que roba para poder comer, lo que pasa es que así algunos comen a costa del futuro de otros", afirma. Ese futuro del que habla Juan Ignacio es el de los caladeros donde crían el boquerón o la sardina, entre muchas otras especies.
"Cada vez hay más gente dedicada a esto. Tenemos constancia de que al menos 80 personas se desplazan desde la capital a la zona de Torre del Mar, donde hay una punta de cría del boquerón, para pescar de forma furtiva. Estamos muy cansados, porque la mala fama nos la llevamos nosotros, que desde hace años cumplimos con la ley" señala Francisco Pastor, presidente la Cofradías de Pescadores.
"Ni la Guardia Civil ni el Servicio de Inspección Pesquera pueden hacer nada. Caen unos cuantos, pero al día siguiente llegan más. La vigilancia nunca es suficiente, hacen falta más efectivos", explica Pastor. El rebrote de la pesca furtiva está haciendo mucho daño a los profesionales. "Estamos más vigilados por la Inspección Pesquera, pero el daño no lo hacemos nosotros. Son los furtivos que se han quedado sin trabajo en la obra y ven en esto un negocio".
Según Pastor, los furtivos sacan unas cuantas cubas de unos 30 kilos por salida. "Por cada kilo de crías de boquerón y sardina se han llegado a pagar 50 euros hace dos meses. Ahora, como la oferta es más amplia ha caído a 12-15 euros el kilo", explica. El representante de los pescadores solicita a los restauradores que no compren la mercancía a los furtivos. Pero sabe que es complicado. "Ese pescaíto chico tan típico de Málaga les sale rentable, pues por un kilo de inmaduros les salen cinco raciones que venden a 12 ó 15 euros cada una", apunta.
Elvira Frápolli, jefa del Servicio de Desarrollo Pesquero en Málaga, insta al consumidor a que respete la ley y no compre pescado por debajo de la talla exigida. Frápolli alerta de los tintes casi mafiosos de los grupos organizados que se dedican a la pesca de inmaduros y del peligro para la salud que puede acarrear su consumo. "Los furtivos usan formol, un conservante tóxico y cancerígeno, que sustituye a la vieja costumbre de orinarse en el pescado para usar la urea como conservante", explica.
En 2008, se decomisaron 13.784 kilos de pescado inmaduro en la provincia de Málaga, que acaparó el 22,3% de los 61.742 kilos aprehendidos en la comunidad. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha impuesto a España 100 millones de euros de multa por la pesca de inmaduros en los caladeros de la costa andaluza. Será la Junta la que deberá pagar la sanción.
"Es un desprestigio e injusto es que se ponga el ojo en Andalucía cuando en Murcia o Alicante se pescan inmaduros sin miramientos o se permite el comercio en los mercados de boquerón llegado de Italia que no cumple con las medidas mínimas, es más barato y encima se vende como malagueño", se queja Pastor.
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